Resumen curricular del Autor Nombre: José Dionicio Benaventa Mirabal Nace el 04/08/1965, en Arismendi, Barinas-Venezuela. |
Es ABOGADO egresado de la Universidad de Carabobo (U.C.), Venezuela. DOCTOR EN EDUCACIÓN CON ESPECIALIDAD EN MEDIACIÓN PEDAGÓGICA. Universidad la Salle de Costa Rica. MAGÍSTER EN DERECHO DEL TRABAJO (U.C.). MAGÍSTER EN HISTORIA DE VENEZUELA (U.C.). MAESTRÍA EN LITERATURA VENEZOLANA. (U.C.). (Fase de presentación de tesis). Académico. Con amplia experiencia laboral en la Administración Pública, ocupando cargos de alto nivel en el área jurídica y de control fiscal en Venezuela. Fue seleccionado por sus méritos profesionales y académicos, en fecha 07 de diciembre de 2010 y juramentado el día 09 de ese mismo mes y año, por la honorable Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, como Magistrado Suplente de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Autor de obras escritas entre las cuales podemos mencionar: Síntesis Histórica Sobre el Municipio Los Guayos del Estado Carabobo (2000). Los Derechos Colectivos de los Trabajadores del Sector Público (2005). La solicitación sexual en las relaciones de trabajo (Acoso u hostigamiento sexual en el trabajo) (2005). Ensayos Laborales. Publicación del Tribunal Supremo de Justicia. Colección Estudios Jurídicos, N° 12. Caracas–Venezuela. El Trigo Rojo. Poemario (2005). La Descentralización en Valencia. Génesis de su Metropolización (2005). Revista Mañongo, Universidad de Carabobo. Valencia-Venezuela. Trozos del Galeón. Poemario (2007). Así como otras obras literarias inéditas que se encuentran en los talleres litográficos para ser publicadas. Perfil cultural: Es escritor, historiador, poeta, compositor y cantante de música llanera, tiene en su haber dos (02) producciones discográficas de música venezolana. Ejecuta varios instrumentos musicales. Es fundador de dos (02) Corales institucionales, la de la Contraloría Municipal de Naguanagua y de la Contraloría de Valencia. Instituciones a las cuales pertenece: Instituto de Previsión Social del Abogado (Inpreabogado). Colegio de Abogados del Estado Carabobo. Asociación de Escritores del Estado Carabobo. Ha sido Asesor Jurídico (Ad honorem) de la Asociación de Cronistas Nacionales. Asesor Jurídico (Ad honorem) de la Asociación de Cronistas del Estado Carabobo. Vice-Presidente de la Sociedad Bolivariana, Capitulo Carabobo. (2008-2012). Vice-Presidente de la Academia de la Lengua, Capitulo Carabobo. (2010-2013). Reconocimientos recibidos: Diploma de reconocimiento mérito al Trabajo, Instituto de Policía Municipal de los Guayos del Estado Carabobo. Botón honor al mérito, Alcaldía de los Guayos del Estado Carabobo. Diploma de Reconocimiento mérito al Trabajo, Alcaldía y Cámara Municipal de los Guayos del Estado Carabobo. Placa mérito al Trabajo, Alcaldía y Cámara Municipal de los Guayos del Estado Carabobo. Botón honor al mérito, Alcaldía del Municipio Libertador del Estado Carabobo. Orden Ciudad de Valencia-Carabobo, en 2da Clase (2006) y en su 1ra. Clase (2011). Orden Ciudad de Guanarito-Portuguesa (2011). Botón de Honor al Mérito, Colegio de Abogado del Estado Carabobo. Mérito docente de la I Promoción de Abogados de la Universidad Arturo Michelena. Botón honor al mérito, Contraloría Municipal de Libertador del Estado Carabobo. Botón de honor periódico Monitor Sindical. Reconocimiento por obtener el 3er. lugar en el concurso de Fábulas sobre el Indio Nagoanagoa, Contraloría Municipal de Naguanagua. Diploma de reconocimiento por sus méritos académicos y profesionales, Academia Carabobeña de la Lengua. Capítulo Carabobo. Diploma de reconocimiento por sus méritos académicos y profesionales. Sociedad Bolivariana, Capítulo Carabobo. Entre otros.
José Dionicio Benaventa Mirabal
La autoorganizacion social en Venezuela, fundamento para la consolidación de la convivencia en el socialismo del siglo XXI
Venezuela
-2011-
El Lázaro colectivo
…Pero la verdad es otra. Lo que se ha venido levantando con inmensa fuerza en América Latina y el Caribe no es para nada un fantasma, afortunadamente. Es un poderoso movimiento, producto del despertar de ese Lázaro colectivo que son los pueblos del continente.
Lo que sí es cierto es que el epicentro de esas fuerzas telúricas tiene a Venezuela como nido, como manantial, como volcán...
Hugo Rafael Chávez Frías.
DEDICATORIA
A mis maestros:
Francisco Gutiérrez, acucioso investigador que con su paciencia y sabiduría induce a deslindar caminos inhóspitos a nuevos conocimientos a cualquier forastero sin temor a equivocarse.
Cruz Prado, soñadora de nuevos cambios y eterna luchadora por un nuevo modelo societal.
Juan Fernando Cerdas, preocupado estudioso por formar con fortalezas a los nuevos epígonos a un cambio paradigmático.
A mi amigo, hermano y condiscípulo José Rafael Ortega Campos, quien
desde el Olimpo intelectual acrecienta la memoria de la humanidad, aunque ya físicamente no nos acompaña.
A mí estimado amigo escritor y poeta: José Cipriano Tapizkent, por su consecuente apoyo en los aportes intelectuales y gramaticales plasmados en esta investigación.
Sin vuestro apoyo no hubiese sido posible esta exploración.
INDICE GENERAL
Pág.
Dedicatoria………………………………………………………………………… | 3 |
Índice General……………………………………………………………………… Introducción....................................................................................... | 4 6 |
Capítulo I. En la búsqueda de un cambio de paradigma………….. | 8 |
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Sobre el paradigma reduccionista o Cartesiano-Newtoniano…............. La visión mecanicista del mundo……………………………………………… El problema de defensa de la naturaleza……………………………………. Ecología y cotidianidad………………………………………………………….. Una esperanza universal………………………………………………………… De la sociedad competitiva a la sociedad cooperativa……………………. Sociedad, economía y educación………………………………………………. Revelación de la emergencia hacia cambio de paradigma……………….. Para hablar de: La emergencia hacia cambio de paradigma en Venezuela…………………………………………………………………………… Capítulo II. Venezuela: En la búsqueda de la convivencia en socialismo…………………………………………………………………………. Surcando un poco de historia………………………………………………….. La lucha de clase………………………………………………………………….. Liderazgo, modernismo y postmodernidad en Venezuela……………….. Paradigma integracionista y liderazgos en Venezuela……………………. Un proceso democrático en marcha………………………………………….. SSXXI= (cf+cq) . (cl+a). Socialismo del Siglo XXI es igual a cambios físicos mas cambios químicos por calor latente mas amor…………….. Logrando los objetivos democráticamente en Venezuela………………… El liderazgo en Venezuela: Épico, caudillesco, carismático……………... Liderazgo Épico……………………………………………………………………. Organización comunitaria eje fundamental para la consolidación de la convivencia en socialismo……………………………………………………. Las puertas del cambio solo se abren por dentro………………………… Educar para la nueva propuesta………………………………………………. Identificación con el nuevo paradigma………………………………………. La Organización comunal y sus consecuencias………………………...... Estos hechos en América Latina……………………………………………… Una nueva estructura organizativa en Venezuela…………………………. Bibliografía………………………………………………………………………… | 8 14 17 18 21 24 25 27 28 34 34 36 37 40 44 49 52 59 61 69 72 76 76 79 82 83 86 |
INTRODUCCIÓN
La sociedad responde al sistema económico y político instaurado y desde el sistema educativo se perpetúa el modelo de competitividad e individualismo. El paradigma mecanicista, la supervivencia del más apto es una creencia compartida. Un axioma instaurado en nuestra psiquis colectiva, transmitido de generación en generación.
Nuestro patrón de comportamiento y opiniones responden a la cultura occidental en la que hemos nacido, en la competencia vendida como un signo de éxito y de poder y está en el lenguaje y en nuestros códigos de comunicación. Respondemos a valores de división de clases, así como de estereotipos impuestos por la masificación y alienación. Socialmente cada uno de nosotros esta condicionado, muchas veces decimos una cosa y actuamos contrario a lo que postulamos, la dialógica nos lleva a comprender la necesaria práctica de transformación de nuestro ser. Debemos transitar por el basamento filosófico del Paradigma Emergente, por una propuesta alternativa de convivencia social.
La comprensión de una nueva realidad, debe pasar por enfocar los problemas no con soluciones individualistas sino con soluciones colectivas, donde el desarrollo sea sustentable y no expoliador, donde el conocimiento y aprendizaje contribuyan a concebir una conciencia integradora y no fragmentaria, es decir, transitar hacia una humanidad liberadora, pero para ello debemos concebir la cooperación como principio elemental.
Este trabajo está enmarcado precisamente en esa dirección, en una visión holística del universo, sin embargo, se toma de referencia y de manera muy especial para su estudio, el caso de la sociedad venezolana, donde actualmente vivimos un proceso de cambio, de revolución democrática, de fractura de los viejos hitos para moldearlo a la emergencia de un nuevo paradigma, encaminada hacia la sociedad nueva, donde observamos con vehemencia la participación activa y protagónica del pueblo venezolano, en la búsqueda de esa convivencia colectiva, que hace ya una década y de manera decisiva iniciamos ese rumbo.
No ha sido fácil, pero continuamos esos cambios transformadores, de un sistema capitalista aberrante que corroe sin piedad en todos los ámbitos, hacia un sistema socialista y humanitario que hemos denominado socialismo del siglo XXI. Precisamente esta investigación se hace con la finalidad de hacer un aporte sociológico y filosófico para la consolidación y fortalecimiento de esta perspectiva, enmarcada en la organización sistémica de la sociedad venezolana.
Capitulo I
En la búsqueda de un cambio de paradigma
Sobre el paradigma reduccionista o Cartesiano-Newtoniano.
En este capítulo no haré referencia estrictamente a los hechos históricos sino, a los inicios de esa cosmogonía que buscó siempre explicar los acontecimientos en la mente humana y aquellos que tan sólo imaginó, primeramente, para iniciar el recorrido por el cosmos, construyendo una nueva relación entre el ser y el universo. Esos mitos, esas utopías, esos sueños que nos hicieron, progresivamente, ir descubriendo los roles de la civilización y la socialización del entorno. Es así como nos fuimos transformando en lo que somos y en lo que pensamos, en creernos capaces de dominar a la naturaleza, obligándola, forzándola a revelar sus secretos, los que celosamente guardaba desde el comienzo de los tiempos.
Cabría reflexionar acerca de cómo se logró establecer esa relación, las transformaciones y las perspectivas todavía inciertas. Es imprescindible demostrar la necesidad que tiene la sociedad en que vivimos, de buscar la optimización, la interrelación, las vertientes, los laberintos que unen las corrientes intrínsecas entre los seres que la habitan y el espacio que acredita su orden socio-político. Esto no es interpretación obligatoria ni única, si bien ya la ciencia no volverá a ser lo que fue, después de la incertidumbre, después de la pérdida de la apodicticidad, después de la generación de la hermenéutica, de la propia historicidad y relativismo del conocimiento científico, la nueva situación histórica, parece sugerir, la necesidad de ocurrencias contrarias a como las hemos practicado hasta ahora. En una etapa de tanta vacilación y angustia como la que vive el mundo será de mucha utilidad experimentar las nuevas fronteras de organicidad social.
Sin abstracción de las teorías sociales, sin propósito de fatalizar lo que hasta ahora ha acontecido, (incompleto o no) en materia de métodos, es decir, con todas sus imperfecciones, hemos aprendido a vislumbrar y a desplazar cada vez que los conocimientos humanos lo han señalado, las distintas tesis apodícticas para cada momento, después, van quedando en desuso.
La consecuencia cómplice nos obliga a formular las preguntas de siempre: entre otras cosas saber lo mejor posible de donde venimos, por eso se debe comenzar desde la raíz del asunto que nos trae la propia historicidad del conocimiento científico que abarcó distintos tratados del pensamiento y es posible que lleguemos a la trasmutación de valores que se erigieron hace ya muchos años.
Tiempo largo ha transcurrido ya, desde que los dieciséis soberanos Tolomeos formaron la dinastía Lágida que reinaron en Egipto, los que al final, terminaron sometidos a la política romana.
Fue Tolomeo Claudio, sabio griego que realizó la composición matemática o Gran Sintaxis, conocida como Almagesto, se trataba de una vasta complicación de la astronomía de la antigüedad y su geografía. La teoría geométrica expuesta por Tolomeo y la Biblia, tenía una visión orgánica del universo, y una relación simbiótica con la naturaleza y sus rasgos más esenciales. Esta teoría tuvo vigencia hasta finales de la Edad Media y el Renacimiento. La teoría imaginaba la tierra inmóvil en el centro del universo, generando de por sí, un ingenioso sistema cosmológico apto para los registros de los movimientos astrológicos observados en su época. Aquella interpretación de los fenómenos naturales y espirituales y la subordinación de lo individual a lo colectivo, fueron desplazadas por tercas ideas que forzaron las leyes religiosas de la época.
Es preciso señalar que esta evolución fue producto de cambios radicales en la cosmología. Pensadores-científicos fueron encontrando una salida a las grandes dificultades de sus tiempos, plasmando sus teorías que, luego iban siendo remplazadas por otras o, enriquecidas en sus elementos más relevantes y sublimes.
Nicolás Copérnico: (Nikoaj Kopernik, 1473-1543). Astrónomo polaco, tras largos años de estudio y de reflexión, formuló la hipótesis del movimiento de la tierra y de los demás planetas alrededor del sol publicada en 1543, en un tratado titulado: De revolutionibus orbium coelestium libri VI. Que describía los principales fenómenos astronómicos conocidos hasta aquel momento, de manera más simple que el sistema que se admitía hasta entonces, el de Tolomeo. Sin embargo, como negaba a la tierra su papel privilegiado en el universo, fue objeto de numerosas críticas, especialmente por parte de la iglesia. Su validez no fue reconocida definitivamente hasta el siglo XVII con la invención del anteojo. Al romper con la concepción geométrica del mundo, la obra de Copérnico, marcó un hito en la historia del pensamiento y del proceso científico del mundo.
Pero esa tesis no fue presa del olvido, morfológicamente se continuó avanzando en el complemento de la teoría que daba a luz el modernismo. Galileo Galilei: (Pisa, 1564-1642), científico y escritor italiano, al introducir el empleo del anteojo en astronomía (1609), revolucionó la observación del universo, descubrió el relieve de la Luna, los principales satélites de Júpiter, las faces de Venus y la presencia de estrellas en la Vía Láctea. Corroboró el sistema heliocéntrico de Copérnico, cuya obra acababa de introducirse en el Índice (1616), por lo que fue citado en el Tribunal de la Inquisición que lo condenó y lo obligó a retroceder en 1633. La iglesia lo rehabilitó en 1692. Es también uno de los fundadores de la mecánica moderna, consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias nuevas; y desempeñó un papel fundamental en la introducción de las matemáticas para la explicación de las leyes físicas, descubrió la ley de la caída de los cuerpos en el vacío, y emitió una primera fórmula del principio de la relatividad.
También Francis Bacon, filósofo inglés (1561-1626), relacionó de manera inequívoca el proceso humano y los avances del saber. Su obra: Intauratio Magna (1623), desarrolla una teoría empirista y su: Novum Organum Scientiorum (1620), propone una clasificación de las ciencias.
Isaac Newton. Londres (1642-1727). Sabio inglés que construyó en Cambridge el primer telescopio utilizable. En óptica realizó experimentos de descomposición de la luz mediante la prisma y estableció la teoría corpuscular de la luz, (1675). No fue hasta 1687, por insistencia de E. Halley, que apareció Principios Matemáticos de Filosofía Natural, donde Newton aplica las matemáticas al estudio de los fenómenos naturales, en primer lugar del movimiento. Su mecánica, fundamento de todos los desarrollos posteriores de esta ciencia, esta basada en el principio de la inercia, la proporcionalidad de la fuerza respecto a la aceleración y la igualdad de la acción y de la reacción. De la teoría de la atracción universal y de las leyes derivadas de ellas se deducen las tres leyes de Këpler. En Matemáticas Newton sentó las bases, al mismo tiempo que Leibniz del análisis moderno (métodos infinitesimales entre otros). También escribió obras teológicas y realizó trabajos de alquimia que condicionaron sus reflexiones, especialmente las referidas a la Atracción Universal.
René Descarte: Filósofo, matemático y físico francés, (1596-1650). Tras recorrer Europa como militar, se estableció en Holanda y se propuso definir un método deductivo que permitiera la reconstrucción de todo el edificio del saber en una trayectoria que,-enunciada en el discurso del método (1636) y expuesta en los principios de la filosofía (1644), empieza por la duda hiperbólica y pasa por el (cogito) primera corteza absoluta, la distinción entre pensamiento y extensión de demostración de la existencia del mundo. Como científico fue un importante pionero de la ciencia moderna al enunciar las leyes de la relación de la luz y fundar la geometría analítica.
Esta relación socio-científica, crea definitivamente las hipótesis y teorías que va digiriendo a la humanidad en su desarrollo y, a través de las distintas sociedades, se pasa de la feudal a la capitalista, con la revolución industrial, y con los métodos modernos, se llega, de una producción estrangulada, a una producción total, los trescientos sesenta y cinco días del año, las veinticuatro horas del día y nacen nuevos imperios y nuevas formas de relacionarse socialmente.
Los mitos que sirvieron a la antigüedad Griega para representar lo inexplicable, sirven también para refrescar lo atávica que sigue siendo la humanidad. En los períodos modernos, la Utopía de Tomás Moro, obra concebida en los tiempos del Renacimiento, sigue siendo un pensamiento crítico de la modernidad burguesa. Pero también en Carlos Marx, se vislumbra el mito de Prometeo en su tesis doctoral: “Mientras todavía pulse una gota de sangre en el corazón absolutamente libre y capaz de imponerse al mundo, la filosofía va a gritar a sus adversarios junto con Epicuro: No es un ateo aquel que barre con los dioses de la multitud, sino aquel que imputa a los dioses las imaginaciones de la multitud”. Presente la confesión de Prometeo: Odio con todas mis fuerzas todo y cualquier Dios. Eran los tiempos del Marx juvenil, repleto de irreverencias.
El segundo período historiado a nivel teórico, ha sido muy bien descrito por Marx en 1864, cuando preparaba el discurso inaugural y los estatutos de la Primera Internacional, en la correspondencia de éste: “Tenía que pasar algún tiempo -Marx estaba convencido- antes de que el movimiento, que volvía a despertar, permitiera la antigua audacia del lenguaje”. Así es como podríamos explicarnos ciertas incidencias del reflujo de masas en la teorización marxista del período posterior. En Gramsci en su artículo dirá: (Los bolcheviques) no son marxistas y eso es todo, no han levantado sobre la obra del maestro una exterior doctrina de afirmaciones dogmáticas e indiscutibles. Viven el pensamiento marxista, el que nunca muere, que es la continuación del pensamiento idealista italiano y alemán y que en Marx se había contaminado, con incrustaciones positivistas y naturalistas.
Avanzamos en la paradoja del pensamiento, en el logro frente a los postulados que nos deben llevar a una sociedad verdaderamente equilibrada, donde el orden no sea el orden gastado del pasado y podamos encontrar algo que vaya más allá de: “el único criterio de la verdad es la evidencia…”
¿Qué queremos decir cuando hablamos de la verdad? En una cultura de relativismo posmoderno, la palabra (verdad) ha sido tan sobrecargada con desafortunadas asociaciones, que resulta muy difícil utilizarla en el sentido auténtico. Hay muchas personas que, comprensiblemente, lo evitan; porque aquellos que en el pasado han sostenido estar en posesión de la verdad, han tendido a imponérsela a los demás, y muy a menudo de forma violenta. Ante la diversidad de nuestro mundo moderno, ¿cómo vamos a escoger entre todas las verdades ofrecidas por las diversas religiones y culturas? Pero la verdad, en el sentido del que venimos hablando, no puede poseerse ni imponerse a los demás. Pg. 27. Las siete leyes del Caos.
Por esa misma razón esta tesis no es una verdad coherente y no podría serlo, porque no es nuestra propuesta, sencillamente se quiere enfatizar la necesidad de considerar y comparar, algunos aportes de la tradición de métodos antiguos con nuevos paradigmas que bien pueden aplicarse en Venezuela.
Para concluir esta parte histórica, se debe referir a Albert Einstein (1879-1955). Físico de origen alemán, nacionalizado suizo y posteriormente estadounidense. Estableció la teoría del Movimiento browniano y aplicó la teoría cuántica a la energía radiante, llegó al concepto de fotón. Es el autor de la teoría de la Relatividad (Relatividad Restringida (1905), Relatividad General (1916), que han marcado la ciencia moderna y ahondado el posmodernismo. Revisó en profundidad las nociones físicas del espacio y tiempo y estableció las equivalencias entre la masa y la energía: (E=mc2).
La visión mecanicista del mundo
Las teorías esenciales de la concepción del mundo y sus valores socio-culturales, que comienzan a reexaminarse a partir del siglo XX, se formularon sistemáticamente en los siglos XVI y XVII, desde entonces la civilización occidental, toma las banderas de la razón para sostener un modelo ideal de futuro y progreso, pero llevando consigo la subliminalidad de la dominación y el subyugamiento abierto de una minoria estatal sobre la mayoría de las naciones del planeta. Dominan nuestra cultura imponiendo su cónclave o modelo racional y mecanicista de convivencia social aún a nuestros días. Son muchos los científicos que siguen atados, aferrados tan profundamente a esos principios cartesianos que se niegan a virar un solo milímetro, a favor de un patrón de conducta diferente que beneficie verdaderamente al ser humano per se y a su entorno socio-cultural.
En el siglo XVI y XVII, la concepción medieval de concebir el mundo, predominaba una visión orgánica, esto es, las relaciones interdependientes de los fenómenos materiales y espirituales de las personas que vivían en pequeñas comunidades, estaban subordinadas las necesidades individuales a las comunidades. Esta noción medieval, se reemplaza por la visión de un mundo que funciona como una máquina, constituyendo el paradigma de la era moderna, instituido por los cambios ocurridos en el campo de la física y la astronomía, que concluye con las teorías de Copérnico, Galileo y Newton. Pero son René Descartes e Isaac Newton, quienes logran con mucha fuerza imponer sus teorías a la civilización occidental. Descartes, es considerado como el fundador de la filosofía moderna y sus conocimientos científicos consistían en “distinguir la verdad del error en todos los campos del estudio”[1].
Este principio cartesiano a la luz del siglo XX, queda históricamente demostrado que estaba errado, ya la física ha demostrado que no existe una certeza científica absoluta y que las teorías son limitadas y aproximativas simplemente. Sin embargo, es indudable que su método hasta nuestros días es muy popular y muchos científicos y no científicos permanecen con sus creencias y convencidos que es el único método válido para entender el universo.
De su famosa afirmación, “Pienso luego existo”, Descartes deduce que la esencia de la naturaleza humana, se halla en el pensamiento, en la psiquis, y especialmente en la “Intuición evidente y la deducción necesaria” para llegar a un conocimiento cierto. Por tal razón el método cartesiano, es eminentemente analítico y explicativo sin tener la posibilidad de la especulación ni la interpretación, ya que si se someten estos conceptos a la realidad, si no cuadran dentro de ese contexto desde el punto de vista del racionalismo cartesiano, sencillamente se consideran que no son ciertos. El racionalismo por tanto, no formula teorías sino que manufactura doctrinas para influir en la psiquis humana para imponer y dominar, utilizando para ello, el historial científico.
Descartes basa toda su visión de la naturaleza en dos campos independientes y separados: (A) El del pensamiento o Res Cogitans (Humanidades) y (B) El de la materia o Res Extensa (Ciencias naturales). Concibe el universo material como una máquina y solo una máquina perfecta regida por leyes matemáticas exactas. Es necesario expresar que la visión cartesiana ha sido de gran utilidad especialmente en el campo de la biología, pero también ha limitado los posibles caminos de la investigación científica. Para superar esta contrariedad en nuestro tiempo, debemos ir más allá, hacia una visión holística y transdiciplinaria de observar el cosmos.
Es evidente que, sobre este marco de ideas está brotando una nueva concepción de la teoría societaria, impulsada ahora, por el bagaje de conocimientos de la Física Cuántica, donde el caos representa el método figurativo a discutir y a enriquecer, hasta, seguramente, sea desplazado por otro que haya nacido del mismo seno social y del brote natural.
El problema de defensa de la naturaleza
La naturaleza ha sido objeto de manipulación por parte de los seres humanos, obedeciendo a las ideas del paradigma científico preconizado por Francis Bacón de “subyugar a la naturaleza”, ”dominarla”, ”explotarla”, “extraerle sus riquezas” y de la visión mecanicista de Descartes, Newton y otros.
Este lenguaje ha llamado poderosamente la atención. Así por ejemplo, la naturaleza debe ser acosada en sus vagabundeos por la ciencia; debe ser sometida y obligada a servir, ser esclavizada, reprimida por la fuerza. La meta del científico es, torturarla hasta arrancarle sus secretos.
Dentro del dominio patriarcal y el afán masculinizante de controlar todo, rompieron con el viejo esquema de la ciencia donde se guardaba un respeto por la naturaleza en armonía con su orden, con valores ecológicos, con ánimos cooperativos y no de competencia y férreo dominio.
Igualmente los postulados de Darwin de la “selección Natural” o “La evolución de la especies” donde sólo sobrevivían los animales mas aptos o fuertes, donde todo es confrontación y competencia en la naturaleza: “toda la naturaleza esta en guerra, un organismo con otro, o con el medio externo” (citado en Biología. 2004:102).
Si aceptamos el postulado anterior como un axioma irrefutable, el destino genético estaría en manos de los animales dominantes, pero si esto es una verdad absoluta las tenues hebras de cooperación que mantienen unidos a los grupos tarde o temprano los conducirían a su autodestrucción.
No podemos seguir con la exterminación rapaz de la naturaleza, la degradación del ambiente, la infertilidad de la tierra y la contaminación de las aguas; nos hacen, volver la mirada y entender que se debe crear un nuevo orden-social que ponga en práctica la armonización sin cosificación, la interrelación sin vetos, la solidaridad y cooperación sin codicia, es imprescindible.
El defender nuestro entorno es una de las tareas más urgente de los seres humanos, en el entendido de los acuerdos: en el sentido económico, con las riquezas naturales, con una proyección y construcción de nuevas formas de producción dirigida hacia la protección de la naturaleza y hacia la utilización racional de sus riquezas. Por eso vamos ahora hacia problemas concretos, destinados al progreso de la sociedad, para lograrlo, debemos: elevar la creatividad, valorar la iniciativa organizativa y buscar en la unidad de criterios, palanca principal para el bienestar general.
Ecología y Cotidianidad
De manera reiterada se observan los daños gravísimos que se le están causando al ambiente, los seres humanos se han convertido en la especie más depredadora de su entorno, generalmente, para complacerse y jactarse de los bienes materiales que puedan acumular, sin importar el interés que debe prestársele al planeta.
Muchas han sido las personas e instituciones, que desde hace algún tiempo han tomado conciencia sobre la necesidad de la protección del ambiente, formulando sus preocupaciones, denunciando desde la perspectiva y comprensión colectiva de los derechos ciudadanos. ¿Quién tiene el derecho de atribuirse la capacidad de destruir, menoscabar, limitar o dañar mi entorno ecológico? Por ello, se hace necesario que más allá de la simple denuncia, el de asumir una postura defensiva, en forma individual o colectiva, se debe formar una conciencia planetaria, que apunte hacia un cambio de mentalidad, no sólo dirigido a la formación de una ciudadanía critica y defensora de los derechos ambientales, sino que comprenda además, un pacto de ciudadanía ambiental, para poder constituirse en una alternativa que cambie el sistema de acumulación de riquezas, y que impidan por ejemplo, que las grandes empresas exploten de manera irracional los recursos naturales, ya que éstos no son propiedad de la humanidad, sino que por el contrario, forman parte de un todo en el cual convivimos los humanos, los animales, los vegetales y minerales de manera complementaria y recursiva.
El humano pareciese por su actitud, que nunca ha creído que forma parte de la naturaleza, al contrario, cree que es su propiedad, y en esa creencia, tala, quema, fumiga, ara, construye sabanas y bosques de concreto, en fin maltrata a su hermana natura.
Es inmanente crear una conciencia planetaria, que nos lleve a reflexionar sobre el daño que nos causa la destrucción indiscriminada de la naturaleza y crear a su vez, una nueva conciencia que nos permita compartir sentimientos mutuos y participar armonicamente de nuestras vivencias. El humano por ser parte del cosmos, debe sentir amor por su nicho vital, porque amor es equilibrio, solidaridad y cooperación entre los seres vivos y la naturaleza, de manera que lo que hacemos y practicamos en nuestro diario trajinar, debe tener sentido de relacionalidad, de cooperación, que el trabajo que hagamos en ese sentido, ya sea individual o colectivo, conlleve a la plenitud de satisfacciones, de bienestar, de disfrute común.
Para lograr estos objetivos, debemos instituir una conciencia planetaria, donde la naturaleza, el cosmos y la ecología sea el principal rector del mediador, dotándose para ello, fundamentalmente en la cotidianidad. Si queremos dar sentido a lo humano, es evidente que el sentimiento, la intuición, la emoción, la percepción connotativa es el camino a seguir. Todo lo que el estudiante haga tiene que tener sentido para él. (Gutiérrez y Prado, 1996: X).
Debemos avanzar sobre el establecimiento de un programa ecologista, que propugne que “el tema ambiental se convierta en el eje articulador de un nuevo pacto social cuyo punto de partida sea el ciudadano organizado” (Ospino), que esa participación activa y protagónica del individuo y la sociedad, esté impregnada de una gran dosis de cotidianidad, de solidaridad, cooperación y de corresponsabilidad. Debemos partir entonces, de una visión holística, no fragmentaria del mundo, clarificando las relaciones existentes entre el todo y las partes, entre éstas y el todo, es decir, dialogicamente.
Lo cotidiano forma parte intrínseca de nuestro contexto socio-ecológico-cultural, debe existir entre las vivencias de los seres humanos una perfecta correlación con el ambiente y éste con aquellos.
Lo cotidiano constituye desde nuestra infancia el aprendizaje perfecto, y podemos desglosarla en distintas etapas de nuestras vidas, en la infancia, en el desarrollo, en la madurez y la vejez, en cada una de ellas, se generan valores, principios, éticas, en forma individual, colectivas, familiar, social, económicas, políticas, etc., influidos lógicamente por el entorno vital, constituyéndose en un aprendizaje biológico.
Ese aprendizaje perfecto de nuestra infancia, debe ser trasladado de forma holística hasta la última fase de la vejez. ¿Si elimináramos las escuelas, eliminaríamos lo cotidiano?, evidentemente que no. Pero, ¿qué sucedería si eliminamos lo cotidiano?
El ser humano se nutre de lo cotidiano y éste se genera de lo ecológico y lo ecológico se relaciona con el ser humano, convirtiéndose de esta manera, en un ciclo vital, continuo, de cambios autoorganizados y armónicos. Está presente allí el aprendizaje, el autoaprendizaje, el inter-aprendizaje, lo que nos lleva a plantear que lo que realmente ocurre es un trans-aprendizaje holístico, recursivo, autoregulante y complejo.
Una esperanza universal
Como sociedad y estando en un punto de inflexión histórica, tenemos que desarrollar una nueva conciencia sobre la necesidad de la cooperación como una estrategia válida para la solución de los múltiples problemas, debemos estar conscientes que nos necesitamos, que somos interdependientes.
La cooperación entre los seres humanos significa redimensionar y revalorar nuevas formas de percepción de la realidad, percibir al prójimo y a la naturaleza con una renovada lectura emocional, unificar los pensamientos y sentimientos, generar amor y placer en su discurrir vital, porque amando a los demás nos amamos a nosotros mismos, disfrutar del placer de la vida. "la vida se ama, se disfruta por que en el propio dinamismo vital esta inscrita una flecha espacio - temporal de autoestima" (Assmann, 2002:162).
Amor y cooperación son términos que van de la mano, porque para ser cooperativo hay que amar y cuando amamos a nuestros semejantes somos cooperativos a través de novedosas relaciones de imaginación creadora, estableciéndose nuevos campos de conciencia planetaria en la nueva era de la sociedad de la información o sociedad aprendiente donde los avances tecnológicos sean utilizados con criterios de inclusión social basado en una conciencia cooperativista, de ayuda y de solidaridad con los más oprimidos o excluidos del sistema socioeconómico y político de la sociedad actual.
Esta nueva conciencia planetaria debe proveernos un nuevo modo de producción cooperativo, donde los individuos a la vez que produzcamos la existencia material, es decir, los bienes y servicios para satisfacer nuestras necesidades podamos desenvolvernos en un proceso vivencial creativo cuya satisfacción íntima despierte las sensaciones de placer al sentirnos solidarios y útil al proporcionar felicidad a sus congéneres. "se trata de rescatar la dimensión de la complacencia intrínsicamente vinculada a la intencionalidad o a la dinámica operante de los seres vivos, en el sentido de su autoconservación y de su autocrecimiento, individual y socialmente cooperativo" (Assmann, 2002: 162).
Se trata que los seres humanos seamos solidarios entre sí en el diario discurrir de nuestras vidas, en las relaciones fraternales y en la distribución en grados de equidad de lo producido y acceso a los servicios, sobre todo a los educativos para la autodeterminación del ser humano.
Creemos en una sociedad donde el trabajo de un agrícultor, un recolector de la basura que generamos, sea reconocido por igual, con las mismas oportunidades de bienestar que ofrezca la sociedad ante otras labores, ese será el verdadero reto del siglo XXI.
Todo lo anteriormente dicho, enmarcando al ser humano en su ambiente, en su nicho vital, considerando y desarrollando un modo diferente de relacionarse con la naturaleza: "consecuentemente, el modo apropiado de acercarse a la naturaleza para aprender de su complejidad y belleza, no es a través de la dominación y el control, sino mediante el respeto, la cooperación y el dialogo" (Capra, 1998: 205).
Este modo diferente de relacionarnos con la naturaleza implica verla con otros ojos, no explotarla inmisericordemente, sino utilizar sus recursos racionalmente, de manera sustentable y sostenible para que las generaciones futuras puedan disfrutar de su belleza y de sus generosos medios para la reproducción de la vida; significa el desarrollo de una convivencia del ser humano en su ambiente natural autoorganizado y sustentable.
En el campo social, y específicamente, en el área del conocimiento deben emerger nuevas teorías que deslastren al individuo de la alienación y de la dominación ideológica-política, por ejemplo, las distintas disciplinas científicas deben adaptarse a los nuevos basamentos teóricos de las ciencias humanas, de los nuevos descubrimientos de las teorías cognitivas e ir superando el viejo, adaptándose a los cambios que se suceden de manera dinámica y compleja.
De la Sociedad Competitiva a la Sociedad Cooperativa
La sociedad que surge en la revolución industrial expresa apropiadamente su escala de valores en correspondencia y en correcta conexión con la visión o concepción que se tiene de la vida y de la realidad, una visión que define una realidad fragmentada, observada por partes, donde el funcionamiento debe ser medible, preciso, tal y como ocurre en el funcionamiento de las máquinas.
El legado cultural dejado por la ciencia y la filosofía a la humanidad cuyos máximos exponentes – Descartes, Newton, Darwin – forjaron un sistema de pensamiento socialmente aceptado y tácitamente interiorizado en cada uno de sus individuos que definen un patrón de comportamiento y también un tipo de conocimiento.
La visión mecánica de la sociedad y del ser humano, la sobrevivencia del más apto, el logro de la objetividad a todo trance, el férreo control y explotación de la naturaleza, arrojaron definitivamente estructuras sociales jerarquizadas basadas en relaciones de poder, de opresión del más fuerte sobre el débil, con la competencia y el dominio como símbolos de la vida y del progreso. En las relaciones humanas prevalece el dicho de “primero yo, segundo yo, tercero yo” como relicario del individualismo y del egoísmo. Una visión como esta que no toma en cuenta al resto de los semejantes es reduccionista en extremo y pierde el sentido de lo global, soslaya al todo como un sistema integrado e interconectado en todas sus partes.
De ese paradigma reduccionista se derivan las taras que azotan a nuestras sociedades donde la soberbia humana impone un modelo económico agobiante para las grandes mayorías y en beneficio de una élite, donde se destruye la naturaleza sin cesar en aras de un consumismo desenfrenado negando las posibilidades de vida a las futuras generaciones.
En el ámbito de la conciencia, en muchas partes del mundo ya se observa la emergencia de una conciencia planetaria como un elemento primordial para integrarnos en un mundo cooperativo, más humano, donde todos nos abracemos como hermanos y una nueva sensibilidad nazca producto de la compasión, el amor y la solidaridad entre todos los miembros de la sociedad. La cooperación debe ser la energía fundamental que impulse nuevas relaciones sociales y nuevas relaciones de poder dentro de la creación de nuevas estructuras sociales, es decir, una nueva sociedad.
Sociedad, Economía y Educación
Esta triada de concepto (sociedad, economía y educación), históricamente han constituido lo que denominamos: Las redes complejas del cuerpo social. Hablamos de redes complejas porque interactúan y se complementan de acuerdo a la dinámica y ciclos que perennemente están inmersos dentro de la sociedad.
No podemos hablar de sociedad sin la coexistencia de una economía que la sostenga y tampoco esta exenta la educación, porque ésta constituye el principio fundamental para la adaptabilidad del individuo al cuerpo bio-social.
Se ha expresado que el individuo es un ser sociable por naturaleza, bien por necesidad o conveniencia, dentro del conglomerado triangular antes referido.
La historia de la sociedad ha estado marcada y delineada por la materia económica, desde la esclavitud, pasando por la revolución industrial, liberal y contemporánea, y esa impronta económica se refleja mediante la implantación de un modelo económico, que a través del contexto temporal y espacial, generan diversas manifestaciones que en la mayoría de las veces van en contra de la misma humanidad; por ejemplo: invasiones de un país sobre otros, guerras civiles internas y externas, coaliciones de diversas índoles: política, religiosas, étnicas, entre otras, con pretensiones explicitas de dominación de un grupo sobre otro u otros, configurando un estamento o enclave económico, dirigido a producir más necesidades que beneficios, así lo plasma la historia.
Para nadie es un secreto que en la actualidad, un 26% de las grandes empresas transnacionales ejercen una influencia de intereses grupalistas a nivel mundial, trayendo como consecuencia, mayor pobreza, exclusión y desigualdades, todo en nombre de una economía fundada en la globalización, pero como se expresó anteriormente, generan la acumulación de grandes cantidades de capitales en un reducido grupo, en desmedro del ecosistema y de la humanidad misma.
Esto ha sucedido en todos los sistemas o modelos económicos que conocemos a través de la historia, así tenemos en el período de la esclavitud, el sistema feudalista, con la institución del liberalismo y, actualmente el neoliberalismo mas salvaje que nunca, abrogándose y levantando la bandera de la globalización como la tabla de salvación de la sociedad. ¿Será posible un cambio conciencial del ser humano desde el punto económico, donde se priorice las necesidades básicas y fundamentales de la humanidad y de su nicho vital?, debemos apuntar sobre ello indudablemente, el camino es difícil pero no imposible.
El régimen económico de esta nueva sociedad debe estar basado en la cooperación, solidaridad y colaboración, en esta nueva sociedad el trabajo será socialmente armónico y el individuo trabajador disfrutará de su labor cotidiana en relaciones de igualdad y de convivencia.
Revelación de la emergencia hacia cambio de paradigma
Para liberar a la sociedad de la camisa de fuerza que significa el esquema reduccionista Cartesiano – Newtoniano de la que está impregnada, es necesario dirigir los esfuerzos liberadores hacia el campo de las ideas, hacia el campo de los valores establecidos para conducirlos al plano de la conciencia colectiva, a un punto de bifurcación cuya ampliación permita crear nuevos valores que se traduzcan en una práctica social que coadyuve a establecer un nuevo patrón de vida, basado en relaciones armoniosas de cooperación donde se redescubra la dimensión humana del individuo, puesta al servicio hacia sus semejantes entendiendo que somos complementarios, que estamos unidos indisolublemente entre sí y con el cosmos, revelando nuestra autenticidad con nuestro origen, la humildad y colaboración con nuestro entorno y en especial con la naturaleza, la sensibilidad y compasión con los desasistidos socialmente, con la reflexión y la verdad creativa con nosotros mismos, la modestia contemplativa hacia el cosmos, en fin, trascender de los valores competitivos o los valores cooperativos.
Estamos en el umbral de nuevas creaciones, nuevas transformaciones y nuevas concepciones para interpretar la vida, se aprecia la visión de todo indivisible, interconectado, complejo, cuya variación en una de sus partes influye en todo el conjunto. Estamos en presencia de la incertidumbre, de un proceso caótico con alcances impredecibles, donde la situación exige un viraje hacia el fortalecimiento de la espiritualidad, la búsqueda de una nueva ética para la vida que produzca cambios en nuestro modo de vida para lograr una mayor suma de felicidad colectiva e individual. Esto es entrar en una nueva dimensión humana.
Todo lo anteriormente mencionado, conlleva a creer en la determinación ponderada de las partículas liberadas por la reacción de una energía, la cual desprende en el seno del micro-mundo, poquedades, de pequeñez que evidencian cuestiones aplicadas, pero hasta ahora desconocidas por el ojo humano, de ese trastorno que es el caos, nace un nuevo orden social que se explica en el nuevo método y en los nuevos paradigmas, de los cuales podemos sacar un aprendizaje para compararlo con el proceso político que vive Venezuela.
Para hablar de: La emergencia hacia el cambio de paradigma en Venezuela.
Cito: La realidad se compone de dos cosas: objetos y fenómenos, objetos ocupan el espacio, los fenómenos ocupan el tiempo. Los objetos son distribuciones espaciales de materia energía e información. Los fenómenos son cambios temporales de los objetos. La creación y la realidad coinciden con la creación del tiempo. En el instante siguiente se inicia la transformación de la realidad, la expansión del espacio, despliegue del tiempo. (La Rebelión de Las Formas. Jorge Wagensberg).
Bien podemos establecer una paradoja de los acontecimientos ocurridos en Venezuela y, del cambio de paradigma que se ha venido dando en el seno social nuestro. Así como también ultimar los límites de un nuevo enfoque de la creación emergente; debemos experimentar nuevos conceptos en relación a la plataforma social que se desprende del Caos y con mucha naturalidad se implementó en Caracas. Pero antes debemos encontrarnos con la rigurosidad de estas interrogantes: ¿Qué es exactamente el caos? La respuesta tiene muchas facetas y requiere una pequeña explicación. Para empezar el caos resulta ser una realidad bastante sutil que la idea común de una confusión ocurrida al azar. Las siete leyes del caos. John Briggs y F. David Peat.
Como ya se ha demostrado: las tesis, las hipótesis y los teoremas, son desplazados por otros que avanzan en el seno de vorágine social-humana. En estos momentos, una nueva tendencia se revela con mayor evidencia aún, en la esfera del nuevo concepto socio-político y, vale la pena asimilarlo como proceso aleatorio, donde los principios tradicionales no tienen vigencia y, de las nuevas formas que desechan el orden, tomando el camino del caos, se vislumbra un efectivo quehacer de la voluntad social: Los principales hitos en el Camino del Socialismo Cuántico. 14. No existe un mundo objetivo con existencia independiente del observador. 20: Lo que vemos depende de la teoría que usamos para interpretar nuestras observaciones. (Einstein) 11. Las implicaciones filosóficas del paradigma cartesiano, base del materialismo mecanicista no pueden sostenerse antes el brote de una nueva interpretación de la realidad, basada en la física cuántica.
…El materialismo mecanicista concibe el mundo como una especie de reloj universal que, una vez dada la cuerda y, puesto en movimiento, tiene que funcionar durante toda la eternidad según sus propias leyes. No tiene la posibilidad de comportarse siquiera en su más diminuta parte, más que como las leyes lo determinan desde el principio. El materialismo mecanicista establece una analogía entre la realidad del mundo y la máquina mecánica construida por el hombre, las cuales, desgraciadamente, no tienen propiedades tan ideales como tal que el materialismo mecanicista introduce en la naturaleza. Pues nuestra máquinas no funcionan sino temporalmente, según nuestros planes.
Esta tesis no desencaja el razonamiento fenomenológico e interpretativo que abarca una respuesta distinta, ante los deslumbrados ojos, de quienes con métodos gastados, habían intentado tomar el poder político para un cambio radical en Venezuela, sin ningún éxito, por supuesto. Quizá -por desconocimiento de las corrientes aleatorias de los remolinos y los vórtices estables-. Se considera imaginablemente cierto que el desconocimiento de las teorías y la poca acción de poder, robustecen cambios de otra naturaleza y, nos alejan de la autopoesis, como elemento contrastante de la perturbación social, porque la duda y la complejidad conllevan a conservar la compatibilidad del sistema con el entorno (método cartesiano-newtoniano). Me siento obligado a citar la visión de Pablo Navarro quien expresa: “La complejidad surge cuando el número de relaciones posibles entre los elementos de un sistema crece de forma desmesurada y es necesario restringir de algún modo este espacio enorme de posibilidades”.
Tengo plena consciencia de lo que ha venido ocurriendo y de lo que ocurrirá en este país (Venezuela); de por qué ocurrió y qué representa el cambio que se da en esta ventana atlántica de la América Latina. También de las formas superiores del pensamiento que se requiere, para combinar la especificidad de las variables socialistas de nuevo hito, con los adelantos pragmáticos ocurridos a pasos agigantados en nuestro suelo, poseedor de grandes recursos en el subsuelo, apetecidos por las grandes potencias mundiales. Por eso, la breve cita de Pablo Navarro que tomo como referencia, ilustra de manera evidente, la cristalidad del interior del sistema desplazado, donde se triza paulatinamente los cimientos y, brota el nuevo modelo social, acompañado de las nuevas formas de agrupamientos.
Consciente de que este ejercicio se puso en práctica de manera pacífica y no cruenta, como hasta ahora se presumían todas las revoluciones en el mundo. Por esa razón, es necesario acelerar el paso para el enriquecimiento del espacio teórico del que se adolece en los actuales momentos este proceso.
No se puede ocultar que está naciendo del seno de los propios dispositivos societarios, (autopoesis, autoorganización), los argumentos necesarios para sostener la otra teoría (con alguna resistencia) de auto-organización social. Ante esta perspectiva que brota de las bases equitativas, (Consejos Comunales) la sociedad venezolana encontrará, más temprano que tarde, la organización dinámica que requiere el nuevo paradigma. No se trata de reducir la complejidad en cuanto al aporte dinámico de los habientes, sino más bien de agrandarla y aclararla, hasta lograr la estabilidad del sistema. Es evidente que si estos criterios nacen desde abajo, liquidando por la raíz, los viejos conceptos de organización social, nuestra hipótesis crecerá inobjetablemente. Las confusiones irán quedando atrás debido al conocimiento de su cepa y, como la luz brilla en la oscuridad, terminará de consolidarse estructuralmente, lo que se ha denominado: Socialismo del Siglo XXI. La interrelación abierta de los conceptos políticos, basados en: solidaridad, confraternidad, cooperación, organización, fe crítica en los otros y entonces, la armonía colectiva, derrotará las raíces enquistadas en los complejos vectores sentimentales, donde se alojan los vicios de la pequeña burguesía y de la propia burguesía.
Comparto la idea de que, para superar un problema complejo, es significativo dar un viraje crítico, con nuevos métodos a una serie de regiones adyacentes al saber. Las vías tradicionales de otras revoluciones y, en estos momentos del Socialismo del Siglo XXI, no tienen mucho en común, excepto la introspección de hallarse en el camino de la superación del método: cartesiano-newtoniano; es así como pretendemos encontrar y explicar los resultados del proceso revolucionario que se viene dando en Venezuela, con muchos detalles, pero en términos generales, con resultados exitosos, vale decir, “reales-concretos”. Los límites para percibir la concreción son más efectivos de los que sirven para medir lo “real” que de acuerdo al criterio: La realidad es producto de un alumbramiento basado en la visión del propio observador; puede ser un monstruo que mantiene el peligro de devorarnos a todos, si se devuelve y cobra fuerza.
En el recorrido de este trabajo quisiera citar algo que viene estrujando las paredes de lo convencional, en el uso de la teoría materialista propiamente dicho, y el determinismo que nos propone el materialismo dialéctico, lo que significa en el sentido literal de la palabra, hablar de la estructura social de la humanidad, sin tomar en consideración la vigente fenomenología del caos. O la esencia del espíritu, los conceptos morfogenético. Los Principales hitos en el camino del socialismo cuántico y, cada uno de los nuevos preceptos que involucran los forasteros postulados sociales. Los conceptos de la integración del individuo en vinculación directa con el colectivo, el bagaje de ese aprendizaje que reconforta, confrontando lo menos posible y sin, llegar a conformarse enteramente con el bagaje de su curso azarístico que comprende el caos. Innovar, modificar hacia lo autopoésico, buscando el cambio del ser humano ante el tejido societario y rebuscando la ubicación sincrética del prójimo, ante el proceso de producción; concepto vigente que iguala al ser humano como si se tratara de un elemento mecánico más, donde lo importante radica en el aprendizaje tecnológico del bien social a través de la producción. Entonces, surge el trabajo y: ante esta sensación de esfuerzo contumaz, precede la intensa secreción de jugo de la región suprarrenal, de la llamada adrenalina. Esta influye sobre la capacidad de la sangre para coagularse, hace variar la presión dentro del sistema vascular y pone en libertad el azúcar contenido en el hígado, para alimentar la musculatura. El trabajador sentirá repentinamente la afluencia de fuerza fresca, su única mercancía a vender en el sistema capitalista.
Por otra parte podemos acuñar el presente complemento: ningún venezolano ignora la diferencia entre el socialismo y el capitalismo, porque lo han vivido de cerca.
Teniendo en cuenta esto, podemos ahora referirnos a grandes rasgos a la idea novedosa, inexplorada por las sociedades del mundo, la verdad cuántica de interconexiones sociales y cuestiones características de un orden social totalmente distinto al que ahora tenemos y pudiéramos pensar en impulsar de manera diferente en cada región del planeta. Cuesta decir que este trabajo es puntal de una nueva teoría, no quisiera decir eso, pero de lo que si estoy seguro es que estoy convencido de la necesidad de emprender la búsqueda para cambiar definitivamente el mundo que nos rodea y, los venezolanos comenzamos a zanjar una orilla importante para tal fin.
Capitulo II
Venezuela: En la búsqueda de la convivencia en socialismo
Surcando un poco de historia
Cuando hablamos del contenido real de la historia, debo citar un aparte en el libro Teoría de La Ideología, publicación del filósofo venezolano, Ludovico Silva quien dice lo siguiente: (…) Según la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, en fin de cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata, pero esta producción y reproducción, son de dos clases. De una parte, la producción de medios de existencia, de productos alimenticios, de ropa, de vivienda y de los instrumentos que para producir todo eso se necesitan; de otra parte, la producción del hombre mismo, la continuación de la especie, el orden social en que viven los hombres, en una época o en un país dados está condicionado por esas dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia de la otra. Cuando menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, con tanta mayor fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentescos sobre el régimen social. Sin embargo, en el marco de este desmembramiento de la sociedad basada en los lazos de parentescos, la productividad del trabajo aumenta sin cesar y por ella se desarrolla la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena, con ello, la base de los antagonismos de clase: los nuevos elementos sociales que en el transcurso de generaciones tratan de adaptar el viejo régimen social a las nuevas condiciones hasta que, por fin, la incompatibilidad entre uno y otro nos lleva a una revolución completa. La sociedad antigua basada en las uniones gentilicias salta al aire, a consecuencia del choque de las clases sociales recién formadas; y su lugar lo ocupa una nueva sociedad organizada en Estado y cuyas unidades inferiores no son ya gentilicias, sino unidades territoriales; se trata en una sociedad en la que el régimen familiar está completamente sometido a las relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente las contradicciones de clase y la lucha de clases, que constituyen el contenido de toda historia escrita hasta nuestros días. Engles, El origen de la familia…prefc. A la 1º ed.; O, E,.II, pp 168-169.
Lo que quisiera comentar del contenido, son dos cosas de sumo interés para las sociedades “postmodernas”, y donde originalmente nos estamos debatiendo frente a los conceptos sociales puestos en práctica hasta ahora, ellos son, “propiedad privada” y “lucha de clases”. Esto es claramente comprensible desde el punto de vista teórico, no así lo podemos reconocer en la práctica, donde los conceptos de propiedad privada se basan en un concepto coherente de ganancias y pérdidas de tenencia y pertenencia, originados por la naturaleza del ser humano. Por eso cuando se define la propiedad pública y la propiedad privada, en las distintas sociedades, (aún en las que practican el socialismo) podemos observar vicios esperando para asaltar en cualquier escenario.
Para entender y reflexionar este asunto, debemos entender que el sentido de pertenencia es una noción natural de los humanos y de otros animales que, vemos con regularidad, como mezquinan los alimentos y el espacio donde habitan, claro está que no podemos compartir la insaciabilidad que pone en práctica el humano, la avaricia y la codicia, por ser desviaciones inclusive, condenadas por los códigos desde la antigüedad, pero añadidas por antonomasia a cada nueva generación, específicamente de rango capitalista.
La lucha de clases.
La formación social capitalista constituye un modo específico de temporalización del ser-humano, como ser-real. Es decir, en una historización que deviene de la dialéctica del proceso de totalización, la sociedad capitalista constituye una totalidad orgánica en cuya concreción se destaca primordialmente el problema de las clases. En efecto, el ser-de-clase, es el ser social característico de esta sociedad al interior de la cual la praxis antagónica, produce un despliegue con efectos antitéticos. En lo que hace de la práctica-teórica (praxis), esta antinomia que se expresa en la constitución de un tipo de saber también característico: saber per-axiológico. Donde el saber es el aspecto más relevante de la historicidad del conocimiento y se basa en evidenciar ese hecho decisivo: en la formación social capitalista, todo discurso esta cruzado por la naturaleza per-axiológica del saber es una condición constitutiva del discurso, en una temporalización en donde el ser-humano ya no es genérico. Lo dice Rigoberto Lanz en su Dialéctica del Conocimiento, (Pág. 65.), abarcando una definición soslayada al extremo de una postura cognoscitiva que en el fondo no es la media de la sociedad capitalista. Pudiéramos orientar la postura hacia la defensa de sus intereses de clases, (un concepto de clase no es psicológicamente más que la expresión de la identidad de reacción del sujeto frente a los objetos que se reúnen en una clase: lógicamente, esta asimilación activa se expresa por la equivalencia cualitativa de todos los elementos de esa clase). Psicología de la inteligencia. Jean Piaget. (Pág. 53). Del discurso que es en concordancia con el poder económico, donde radica la fuerza del discurso hegemónico de esta sociedad que como clase defiende sus intereses a ultranza.
Por otra parte es casi una exacta condición sine qua non, que en el seno de la clase proletaria, hay vicios insalvables de convertirse en pequeños burgueses, acariciando el sueño de ser capitalista, es como una condición psicológica que existe hasta en las sociedades comunista. De tal manera que, la lucha de clases se convierte en una condición para ahondar el trayecto hacia el disfrute de la propiedad y el cambio de clase, es el caso de la sociedad venezolana, donde la clase media aspira a convertirse algún día, en clase alta, desviando así, el propósito de la concreta realidad social que vive la gran mayoría.
Liderazgo, modernismo y postmodernismo en Venezuela
Hagamos previamente una aclaratoria sobre lo siguiente: La Condición De Postmodernidad. Uno de los mayores problemas a la hora de abordar el tema de postmodernidad, es justamente llegar a un concepto exacto sobre el mismo. La dificultad comienza haciéndonos una pregunta, ¿cómo podemos hablar de postmodernismo, si aún no sabemos qué es exactamente la modernidad? El término postmodernismo o postmodernidad designa generalmente una amplia gama de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos sobre todo en los albores del siglo XX, y específicamente a mediados de este siglo. Uno de los autores que dedicó parte de su pensamiento a este tema, lo constituye Jean-Francois Liotard, quien prácticamente lo populariza a partir de la publicación de su libro La Condición Potsmoderna, en 1979, pues el tema ya venia siendo utilizado por otros autores con anterioridad. Lyotard pretende de esta forma establecer una especie de interconexión entre modernidad y postmodernidad como vía de acceso a una comprensión de nuestra contemporaneidad, el resultado de la realidad como constructo. Manifestaba que la postmodernidad es la tentativa de mantener ese algo inaprensible, mientras que la modernidad, es la dimensión permanente anamnésica, es decir, la tentativa constante de que ésta no termine. Pero a los efectos del presente estudio nos referiremos tanto a la modernidad como postmodernidad solamente para la identificación de una determinada etapa histórica, pero nada más.
Manteniendo algunas consideraciones de los estudios realizados en la historia política venezolana, los liderazgos que hemos tenido en el país desde 1811, hasta nuestros días, han sido: épicos, caudillescos y carismáticos, estableciéndose estos dos primeros de clásica definición por lo que, me detendré en el últimos que de manera sistemática resurge desde el año 1958 hasta nuestros días; en este liderazgo, subyace el principio de la bondad, la generosidad y la retórica por lo que estimo que frente a la carga emotiva del discurso, el carisma está asociado a lo que se denomina procesos de dominación-autoritativa (político) de una sociedad que de acuerdo al sociólogo alemán Max weber, es aquello en los cuales está de por medio el ejercicio de la autoridad del Estado, mediante la utilización eventual de la fuerza física.
Vemos entonces que la propia acción del estudio que realiza el sociólogo alemán sobre el tipo ideal de dominación carismática, determina la trascendencia de la explicación a continuación, la cual se concentra prácticamente, en las tres, de las cuales detallaremos el carisma de esta clase de figura: la del religioso-mago en sus distintas acepciones, (hechicero, chamán, profeta, etc.). En cuya virtud se considera en posesión de fuerzas, sobrenaturales o sobre humanas, o por lo menos, específicamente extracotidianas y no asequibles a cualquier otro, o como enviados de Dios, o como ejemplar.
Como se puede observar, la noción de carisma weberiana es sumamente amplia si consideramos que existe una extensa gama de personas que poseen cualidades extraordinarias o que pueden realizar actividades que con frecuencia son catalogadas como sobrenaturales o no asequibles a cualquier otro. Poco importa aquí que tan primitiva o moderna sea la sociedad: los líderes carismáticos han estado presente en todas las sociedades y civilizaciones humanas, aunque posiblemente no con la misma intensidad, es en estas condiciones donde el profeta, el mago y el héroe insurgente, logran el reconocimiento de los dominados, quienes “constatan” sus cualidades divinas o sobrenaturales, legitimando así su dominio. La diferencia entre Weber y Gramsci estaría básicamente, en que el primero hace énfasis en los aspectos culturales, antropológicos y psicológicos del fenómeno, mientras que Gramsci, como buen materialista-que no economicista- hace énfasis en el aspecto económico y social. Esto se ve más claro cuando observamos que para Gramsci se pueden dar soluciones cesaristas sin un Cesar, es decir, sin ninguna personalidad heroica de por medio. En otro aparte, pareciera que Gramsci percibió que la excitabilidad es un estado propiciado por el propio líder carismático con su pasión y fogosidad, más que un “clima” previamente existente, sobre el cual se apoya el mismo: “Ser apasionado significa tener el don de apasionar a los demás. Es un estímulo formidable. Esta es la ventaja de los partidos carismáticos, sobre los otros, basados en un programa bien definido y en los intereses de clases”. (P. 123-124. Ensayo de modernidad y posmodernidad).
Paradigma integracionista y liderazgos en Venezuela
“…ningún hombre es equiparable a una isla, todo hombre es un pedazo de continente, una parte de tierra firme; si el mar llevara lejos un Terrón, Europa perdería como si fuera un promontorio…Como si se llevaran una Casa solariega de tus amigos o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad. Por eso no quisiera saber nunca por quien doblan las campanas; ¡Están doblando por ti…!: Jhon Donne.
Es evidente que este planteamiento integracionista, y concomitante que aparece al inicio de la novela de Ernest Hemingway, escrito por Jhon Donne, no es otra cosa que el corazón de mi diseño, lo que quiero referenciar en esta tesis y que por resonancia mórfica, otros han escrito o están escribiendo, antes o, después que yo.
En mi caso particular, considero que todas esas teorías están inconclusas, unas por carecer de simplicidad y otras por lo excesivamente complicadas. Quizá desde el punto de vista de las relaciones interorganizacionales, los venezolanos estemos fallando, ya que nos tocó abordar el socialismo con: las bases de un sistema capitalista en una mano y en la otra, el viejo concepto marxista leninista, experimentando el materialismo mecanicista el cual concibe el mundo, como una especie de reloj universal que una vez dada la cuerda y puesto en movimiento, tiene que funcionar durante toda la eternidad según sus propias leyes.
Hoy, los venezolanos nos encontramos con una realidad paradigmática, donde los métodos más modernos y quizá posmodernistas, coinciden con nuestro desarrollo, donde nos encontramos vulnerablemente aproximándonos a la razón, como quien se aproxima a una realidad perceptiva senso-motriz que nos conduce cada vez al umbral de un nuevo proceso de cambios y, en la medida en que las regulaciones perceptivas debidas a comparaciones y transposiciones, tiendan hacia la reversibilidad, en esa medida nos damos cuenta de la necesidad de nuevos mecanismos operatorios. Pero nadie puede negar nuestro avance, a error y ensayos, pero estamos seguros que reaccionando sobre el asunto práctico, (error y ensayos) lograremos superar los paradigmas cartesianos y newtonianos e integrarnos a los cambios que propone el Socialismo Cuántico.
Por otra parte, debemos reconocer que la humanidad se abraza con insistencia a lo atávico, mitológico, dogmático, (no somos la excepción), sin embargo, los cambios sociales son una realidad, tienen el horizonte que los venezolanos preclaros queramos que sea, hacia un cambio total de paradigma. Ciertamente el propósito de este trabajo es ahondar en una transformación social, dispuesta a rechazar todos los métodos tradicionales de cambios, los cuales ya han caducado histórica y políticamente, pero desechando por antonomasia los erráticos conceptos que puedan concebir las nuevas teorías del socialismo en sus diversas manifestaciones.
Las teorías y las intensiones conscientes, significan algo muy diferente a las diversas interpretaciones modernas y posmodernas del socialismo, nada dicen acerca de los resultados concretos del socialismo, hemos ahondado en exégesis variadas y aún nos falta penetrar en nuestro gran propósito, el Socialismo del Siglo XXI. Entonces habría que pensar que debemos deshilachar lo que tenemos para encontrar lo que aún nos falta por hallar. Si consideramos los diversos recurso que empleamos para la disgregación, integración y génesis de esta nueva teoría, los resultados serían censurables, o revelaríamos nuestra incapacidad para repensar nuestro destino, exigiendo con garantía exegética el inicio de las nuevas discusiones o la puesta en práctica de las teorías que vinieron a la luz.
Acuñando algunas frases del tratado: El Camino al Socialismo Cuántico de Rolando Araya, (…) todo está unido en una sola red, donde las partes y los eventos interactúan entre si y, la interrelación entre todo cuanto existe da un carácter holístico a la realidad y se proyecta al plano económico, social y político.
Entonces surge la interrogante: ¿los seres que habitan el planeta, (7.500 millones) podrán algún día globalizar sus culturas, sin caer en lo metafísico del proyecto? ¿Se podrá hacer homogénea la cultura en el globo terráqueo? que se consustancien los ritos de Togo, en África, con los de la Pampa argentina. De ser posible esa ecuación, perderían valor los acervos y la autodeterminación de los pueblos como sentido orgánico y crítico de la individualidad de la especie. La curva contribuye a crear espacios ilusorios. Por necesidad u obligación, en Venezuela hemos venido transitando un proceso socialista innovador, con todos sus defectos, único en el mundo; endógeno, protagónico, pluralista y participativo, desde donde producimos material creativo para enriquecer y fortalecer la base teórica, para el mundo, como Socialismo del Siglo XXI. Claro está, no es un proceso acabado, ya que carece de esos minúsculos perfiles que plantea El Socialismo Cuántico.
Almacenando los conceptos puramente clásicos, entendemos que los seres humanos son íntegramente una representación cultura y étnica, geográfica y fronteriza, sujetos al sistema dominante y los elementos de poder que les rodean, mejor dicho, sujeciones inherentes al proceso social que acontece en un pueblo, país o región. Tenemos casos, (religiosos en su mayoría) que ponen en práctica un perfeccionamiento moral que olvidan las virtudes cardinales de la piedad y la humildad. Dando la sensación de una humanidad modelada para la acción y que busca la felicidad desconociendo su contenido ideológico. La sensación de una cultura consumista, tutelada a la salvación del alma, pero a la condena del cuerpo al sacrificio y la desdicha.
El contexto del dogma religioso, dentro del marco de la especulación conceptual del socialismo, o a mejor decir, una mezcla de ortodoxia con liberalismo, nos obliga a pensar en: el Prometeo del temprano joven Marx y el discernimiento de los dioses. Una cita del joven Marx tomada del prologo de su tesis doctoral. “Mientras todavía pulse una gota de sangre en su corazón absolutamente libre y capaz de imponerse al mundo, la filosofía va a gritar a sus adversarios junto con Epicuro: no es un ateo aquel que barre con los dioses de la multitud, sino aquel que imputa a los dioses, las imaginaciones de la multitud” En el calendario filosófico, Prometeo ocupa el rango primordial, entre los santos y los mártires. (Del libro de Gregorio Luri Medrano, Prometeos Biografías de un mito).
Ciertamente las necesidades religiosas de los pueblos son legítimas, aún siendo directamente proporcional a su ignorancia, deben pervivir en algunos intelectuales. Valdría la pena revisar el nuevo paradigma acicalando el exponente de las necesidades espirituales, por encima de las necesidades físicas, sería interesante valorar esas manifestaciones antifilosóficas que determinan una postura afectuosa, desconociendo el odio como contraposición dialéctica enfrentado al amor, no para propugnarlo sino para considerarlo como elemento del todo.
Valdría la pena en Venezuela específicamente, examinar por un momento el nuevo paradigma, como una concreta definición del Socialismo del Siglo XXI. Avanzar abandonando la atmósfera para que nazca definitivamente ese movimiento teórico enriquecedor y contundente que complemente la praxis de lo que ya hemos avanzado. Que se discuta en cada rincón, cuánto tiempo vamos a permanecer en el macro-mundo, para abordar sin demora, el micro-mundo del socialismo cuántico.
Un proceso democrático en marcha
Los venezolanos, en esto de socialismo, somos autodidactas, es cierto, pero alcanzamos de manera democrática, el piso para implantar este sistema político y debemos perfeccionar la conquista de sus mejores elementos para sembrarlo definitivamente. Quizá por ser más prácticos que teóricos sentimos la necesidad de crear, enriquecer o complementar, la necesaria teoría del Socialismo del Siglo XXI, y debemos hacerlo con el menor grado de improvisaciones posibles ya que desde el poder político se ha consustanciado el principio práctico necesario, cuestión que otros países han alcanzado con cruentas luchas y, muchos han fracasado en el intento. Por eso es indispensable, abordar, en virtud del nuevo paradigma, una teoría que fortalezca la acción. Por eso no debemos aferrarnos con exceso a inclinaciones de cambios que conduzcan al mismo lugar de donde venimos, sino aplicar nuestra principal inteligencia, utilizando los diversos métodos, ya que la vida es movimiento desigual, irregular y multiforme, por lo que para encontrar el camino correcto, tomando en consideración la importunidad que representa la causalidad de poseer el poder político y, estar buscando fortificarlo y la buena regla y el mapa para mantenerlo. Nos hemos esforzado en sacar aplicaciones prácticas que faciliten el trabajo del cambio social, pero hemos llegado al punto de requerir la mentalidad y la inteligencia para avanzar y conquistar la praxis, como propuesta científica de lo que nos interesa aplicar.
Los métodos son muchos y variados. Podemos referirnos con entera propiedad a: El método Cartesiano, el cual se torna interesante por ser un método de descubrir y exponer, o las bases de La filosofía perenne, planteada por Aldous Huxley en su Mundo Feliz y desarrollada por Ken Wilber, la cual se apoya en la teoría sobre los aspectos de la conciencia. O el mismo paradigma newtoniano y cartesiano el cual hace significativos aportes para Los principales hitos del socialismo cuántico; hay un acuerdo básico en el sentido de que Rolando Araya representa una extraordinaria revelación teórica, tanto por la profundidad de su pensamiento, como por la originalidad de sus proposiciones epistemológicas, pero estoy seguro que la tónica de sus investigaciones hacia un nuevo modelo que sin querer, tangencia lo metafísico, relega algunos elementos que para nosotros los venezolanos, son principalísimos, y no quiero ser con esto irreverente, ya que sus aportes tienen poderosa fuerza para implementar un nuevo modelo social, lo cual es lo que en suma perseguimos.
Hay sin duda una serie de autores, investigadores que han jugado un destacado papel en virtud de su dedicación relacionada con la problemática de la remoción o creación de una nueva teoría del socialismo, los cuales merecen todo el reconocimiento, no obstante, aún empleando criterios muy avanzados o flexibles, resulta comprometedor para nosotros los venezolanos, incluirles por entero en nuestra necesidad teórica.
Lógicamente en este país, todavía viven personas que recuerdan el mundo sin aviones ni automóviles, sin radio ni televisión, sin electricidad, sin teléfono ni calefacción, el mundo del arado, del corte de la madera, y el de los tranvías de caballos. Aún viven personas que conocieron a Juan Vicente Gómez, (Presidente 1936). A Medina (1945). Gallegos (1948). Y Marcos Pérez Jiménez (1958). Campesinos y citadinos, estas mismas personas son ahora testigos de vuelos de naves cósmicas, del genoma humano, de la inteligencia artificial, y grandes descubrimientos físicos en cuanto a la utilización de la mecánica cuántica, proporciones y cambios inimaginables hace tan sólo treinta años. Y nos remitimos al tema del superhombre de Nietzsche, de acuerdo a Deleuze, lo cual se vincula a la tendencia de todos los humanismos a proponer una superación del ser humano como tal, orientado hacia la fuerza del capital y la teoría capitalista.
Quiero recordar que existe una raíz que nutre nuestra concepción revolucionaria que es la dialéctica, por lo que ella es esencialmente humana, no solo por un problema de eficiencia teórica, sino en su propia definición, por su estatuto epistemológico, en la constitución del espacio donde se funda. Por otra parte, el hecho de pasar apresuradamente del macro-mundo, al micro-mundo, representa para nosotros un salto cuantitativo impresionante, ya que existen discursos filosóficos amogotados que permanecen en la vastedad del horizonte donde no sabemos si es el pasado el que persigue al porvenir como destino ulterior del ser humano, o, el porvenir el que quiere encontrarse con el pasado por un nuevo concepto de amor a la humanidad y no a los dioses.
J.P. Sartre, en crítica a la razón dialéctica, establece lo siguiente: “no basta en efecto con discurrir sobre la palabra materia para apuntar a la materialidad en tanto que tal ambigüedad del lenguaje, proviene de que las palabras tan pronto designan a objetos como a sus conceptos. Es lo que hace que el materialismo en sí no se oponga al idealismo. Muy por el contrario: hay un idealismo materialista que en el fondo solo es un discurso sobre la idea de materia”.
Ahora bien, nosotros los venezolanos, además de seguir arguyendo que nuestra revolución, adiabática, viene a romper de manera radical, con el régimen tradicional, y aunque parezcamos empíricos, la mitad de nuestra sociedad habla de socialismo, no es suficiente claro está, pero sabemos que con organización y disciplina, conquistaremos el resto que hace falta.
El amor es un acto divino en su definición conceptual. Para Max Weber lo divino es un fruto de acción humana, los dioses son creados por los humanos, en vista de la realización de ciertos fines primarios. Y es así como el amor entra en esta teoría.
“El discurso amoroso es hoy de una extrema soledad, es un discurso tal vez, hablado por miles de personas, pero al que nadie sostiene; está completamente abandonado, por los lenguajes circundantes: o ignorado, o despreciado, o escarnecido por ellos, separado no solamente del poder, sino también de sus mecanismos (ciencia, conocimientos, arte). Cuando un discurso es de tal modo arrastrado por su propia fuerza, en la deriva de lo inactual, deportado de toda gregariedad, no le queda más que ser el lugar, por exiguo que sea, de una afirmación. Esta afirmación es, en suma, el tema de lo que comienza y termina”.
“La explosión de abismo puede venir de una herida, pero también de una fusión: morimos juntos de amarnos, muerte abierta por dilución en el éter, muerte cerrada de la tumba común”. Baudelaire.
*Roland Barthes. Fragmentos de un discurso amoroso.
Nº 119. P. H. del S.C.
“Para los movimientos inspirados en el nuevo paradigma, el triunfo de sus ideas de cambio en la consciencia colectiva es más importante que un insustancial triunfo electoral, sin ideas transformadoras”.... (Rolando Araya. Los principales hitos en el Camino del Socialismo Cuántico).
Por lo que la fórmula propugnada por Araya: SC=Dr. A2. Socialismo Cuántico es igual a Democracia Radical por amor al cuadrado, exige algo más en lo que respecta a Venezuela sobre los elementos cuánticos que intervienen en el proceso interactivo.
Por doquiera, donde las fuerzas exteriores colocan al organismo en una situación difícil, el aparato interior se apresura en socorrerlo mediante sus recursos. Tras las modificaciones fisiológicas internas, sigue la manifestación exterior de las emociones. Para tal fin, quiero explicar y concentrar mi esfuerzo en explicar el Primer Principio de la termodinámica, con implicación sustancial al macro mundo postulado en un sistema cerrado adiabático que evoluciona en un estado inicial A, otro estado final B, donde el trabajo realizado no depende ni del tipo de trabajo ni del proceso seguido. Más formalmente este proceso se descompone en dos partes; *El principio de accesibilidad adiabática*. El conjunto de los estados de equilibrio a los que puede acceder un sistema termodinámico cerrado es, adiabáticamente, un conjunto simple conexo. Y *Un principio de conservación de energía*. El trabajo de la conexión adiabática entre dos estados de equilibrio de un sistema cerrado, depende exclusivamente de ambos estados conectados.
Ese enunciado propone formalmente el concepto de trabajo termodinámico y sabido que los sistemas termodinámicos sólo pueden interaccionar de tres formas diferentes: interacción másica, interacción mecánica e interacción térmica. En general el trabajo es una magnitud física que no es una variable de estado del sistema dado que depende del proceso seguido por dicho sistema. Este hecho experimental, por el contrario, muestra que para los sistemas cerrados adiabáticos, el trabajo no va a depender del proceso, sino tan solo de los estados inicial y final. En consecuencia, podrá ser identificado con la variación de una nueva variable de estado de dicho sistema, definida como energía interna.
SSXXI= (cf+cq). (cl+a). Socialismo del Siglo XXI es igual a cambios físicos, más cambios químicos por calor latente, más amor.
Postulo entonces, las reflexiones de una ecuación basada en el sistema térmico el cual tiene una directa explicación en el caso venezolano.
Para su consideración expreso la siguiente ecuación: SSXXI= (cf+cq). (cl+a), Socialismo del Siglo XXI es igual a cambios físicos, más cambios químicos por calor latente, más amor. El hecho de considerar este sumario nuestro, un proceso Isoédrico, ya que en sus inicios tiene facetas parecidas a otros suceso en el país y en el mundo, nos obliga a pensar también en un proceso Isoentrópico para así establecer una serie de consideraciones térmicas, analógicas.
Los cambios de estado que se suceden en la materia pueden ser: físicos o químicos, depende de la sustancia y el enlace peptidico, (mejor decir de las deformaciones que sufre la sustancia en el enlace), ya que los organismos vivos contienen un alto porcentaje de agua, sus moléculas se cristalizan y ocurren las deformaciones. Pongamos el ejemplo, de dos sustancias como el agua, (H20) y el huevo de gallina, sustancia proteínica. La transformación o cambios de estados entrópico del agua, añaden dos tipos de calor, uno latente y otro sensible, el latente es el que absorbe la materia en forma de trabajo para el cambio de estado, mientras que el sensible, lo absorbe, para aumentar su temperatura. Si la temperatura es la manifestación de un cuerpo que contiene calor, y el calor la energía contenida en los cuerpos, el calor latente es un calor soterrado (elemento disipador), que se manifiesta en los distintos cambios, de sólido a líquido y de líquido a gas. No obstante hay un cambio de estado que se realiza absorbiendo una gran cantidad de calor, donde la sustancia cambia directamente del estado sólido a vapor, sin pasar por líquido. Debemos aclarar que al aplicar calor a un huevo, las proteínas sufren deformaciones y los cambios que se producen son químicos.
Esta fórmula térmica ha venido funcionando en un horizonte hipsométrico; aclaro que no la hemos inventado porque somos más inteligentes que otros que han planteado interesantes recetas sociales, sino porque la causalidad, unida al destino ulterior del humano, nos vinculó al poder político de donde hemos extraído la suficiente experiencia para intentar explicar, a través de una teoría Entrópica y no matemática, ni cuántica y mucho menos conceptual, la transformación social que estamos transitando. Nuestra mentalidad está orientada de tal manera, que de ciertos conocimientos generales, acaso sabidos desde los más remotos tiempos, tenemos que esforzarnos por sacar aplicaciones prácticas que sirvan para facilitar la tarea de vivir en socialismo.
También los conceptos de educación como base integral de este modelo socialista, debe tener un nuevo concepto, para lo cual corresponde recordar las percepciones existentes. La concepción tradicional expresa el siguiente criterio: La educación es conducir lo que es, hacia una plenitud de actualización y expansión, orientada en un sentido de aceptación social. Concepto conductista: La educación es un cambio de conducta aleatorio al ser y la sociedad. Concepto modernista: Es una interacción entre el objeto y el sujeto. Posmodernista: avala el nuevo paradigma newtoniano-cartesiano, contando con la aplicación de las investigaciones morfogenéticas.
Lo verdaderamente cierto es que, la educación es un proceso que tiende a capacitar al individuo para actuar conscientemente frente a nuevas situaciones de la vida. También lo bioético, la moral y el amor nos impulsan hacia diferentes cambios como métodos de trabajo y estímulo para la acción creadora.
La educación del siglo XXI debe ser abierta para incorporar los nuevos instrumentos intelectuales a la par de la emocionalidad de la vida de nosotros los seres humanos, para escrutar una realidad cada vez más compleja y para vencer las trabas institucionales de la cultura donde están inmersos. Las propuestas metodológicas, didácticas, instrumentales deben contextualizarse en una nueva concepción del ser humano, un ser humano visto desde su identidad compleja, su condición humana y su destino planetario en cooperación con sus semejantes recónditos y en armonía con el cosmos y con su naturaleza cercana para el desarrollo de una nueva emotividad con el desarrollo de la comprensión y la fraternidad entre los individuos y las sociedades.
A través de la educación del futuro la tolerancia, para la paz, para una nueva ética, para la equidad social y económica, para el trabajo sano y placentero, para una nueva conciencia histórica y planetaria, mejores individuos para una mejor sociedad, en suma seres humanos integrados a la totalidad y en convivencia socialista.
Logrando los objetivos democráticamente en Venezuela
Comencemos hablando sobre la democracia. Término compuesto de las palabras griegas “Demos”, que significa pueblo, y “Kratos”, que indica dominio o poder; definiendo el Diccionario de la Real Academia Española la palabra democracia, como la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado, es decir, el gobierno del y para el pueblo. Hemos visto y escuchado durante varias décadas, que ésta palabra constituye la génesis de cualquier discurso político de quienes aspiran llegar a dirigir los destinos de un Estado. De la clasificación aristotélica clásica sobre las formas de gobierno: en Monarquía (gobierno de uno sólo), aristocracia (gobierno de pocos) y la democracia, ha sido ésta última, en las dos centurias que nos preceden, la que con fuerza ha avanzado sobre las otras formas de gobierno antes mencionada, como visión justiciera y equitativa, que deben prevalecer en un gobierno de igualdad entre su población. Por ejemplo, las palabras igualdad, libertad y confraternidad, constituyeron la consigna de la revolución francesa, lo cual refleja de modo claro que la humanidad ha perseguido de manera constante e inequívoca la convivencia solidaria, cooperativista, justa, igualitaria y equitativa. El concepto de democracia lo han generalizado clasificándolo en tres versiones: democracia directa: que es cuando las decisiones son tomadas directamente por los miembros del pueblo. Indirecta ó representativa: cuanto la toma de decisiones está en manos de personas reconocidas por el pueblo como fieles representantes de sus inquietudes y necesidades y finalmente, la democracia participativa: que es la aplicación de un modelo político que facilite a los ciudadanos organizarse de manera que pudieran influir en forma definitiva y vinculante en la toma de decisiones de sus gobernantes. Se dice que estas tres formas de democracia no son excluyentes y que pueden ser integradas como mecanismos de complementación. Surgen algunas interrogantes: ¿la democracia es una sola o existe variedad en ella? ¿Realmente podemos decir como lo expresó un filósofo que la democracia es tan perfecta que sólo pueden convivir en ella exclusivamente los dioses?
Haciendo retrospección sobre el origen del término, nos encontramos su acuñamiento en Atenas (Grecia), en el siglo V antes de Cristo, algunos pensadores consideran que fue el primer ejemplo de un sistema de gobierno, otros por su parte difieren de aquellos, al considerar que ya en las organizaciones tribales como en civilizaciones antiguas, se aplicaban algunos ejemplos de sistemas políticos democráticos, y por último, nos encontramos aquellos autores que opinan que tales sistemas catalogados como democráticos, participaban sólo una pequeña parte de la población. Por ejemplo en Atenas, solo tenían derecho una minoría poblacional, quedando excluidos automáticamente los esclavos y las mujeres, nos preguntamos ¿acaso no formaban parte del pueblo? Por ello, el concepto a través del tiempo y hasta nuestros días, ha venido cambiando sobre todo desde finales del siglo XVIII, donde se le comienza a reconocer a la población el ejercicio del sufragio y permitiéndosele a la mujer el derecho al voto sólo a partir del siglo XX, por supuesto, después de haberse librado grandes desafíos que sus costos humanitarios y materiales son inconmensurables.
El término democracia a pesar que su definición es bastante clara, su aplicación en los distintos sistemas políticos de gobierno se tornan muy complejos, pareciera que en unos y más que otros, se llega al poder pregonando la democracia, pero luego de tomarlo se favorecen solamente intereses personalistas, grupales o partidistas, olvidándose del pueblo en donde verdaderamente reside y pertenece el término democracia; como también sucede en gobierno que al tomar el poder, enfilan sus designios a favor del pueblo, pero terminan derrocados por múltiples razones nada democráticas.
Teniendo en cuenta estos conceptos, podemos ahora referirnos a los tres envites hipsométricos que dieron origen a la toma del poder político en Venezuela.
Podemos hablar de la visión del ser humano frente a esta transformación y encontraremos histocompatibilidad antes del triunfo electoral del Socialismo del Siglo XXI. Para ello debo citar fechas relevantes que antecedieron todo este proceso político: 27 y 28 de febrero del 1989. Momento de reacción isoédrico de la sociedad venezolana, fenomenología que arroja los primeros brotes de cambios en la sociedad (caos). Ya sabemos que la crisis económica, el descontento y las frustraciones de los electores del reciente proceso electoral, concedían la duda en la solución de los problemas existenciales, más allá del factor económico. El calor de los conflictos que no logró almacenar suficiente energía para el cambio de estado, generó la presión necesaria para el estallido de “El Caracazo” registro clave para el éxito posterior de la toma del poder político. (Cito la Ley de Charle. Mayor presión, mayor temperatura).
Pocos años después se recobró a grandes pasos el calor de fusión capaz de intentar de nuevo el hecho sublimizador, ahora con las armas. Pero todo ocurrió fugazmente. No nos habíamos aferrado en exceso a nuestras aspiraciones de cambio, cuando la mañana del 4 de febrero de 1992, apareció en la televisión un joven militar reconociendo el fracaso del ensayo en armas. El breve discurso que pronunció sembró la esperanza, simplemente con una preposición separable y un adverbio de tiempo. “Por ahora”, sacudió al País, y un desconocido que valientemente asumió la épica propuesta, abre una nueva ventana a la esperanza de los cambios sociales en Venezuela. Y aquel vocablo que en otras circunstancias habría sido insignificante, se convirtió en un himno, o mejor en una bandera que siguió navegando a vela desplegada en la consciencia de la desesperanzada sociedad venezolana.
Pero así es el riel de duro y necesario, todo acontecimiento se aplica a riesgos consustanciales al hecho en cuestión. Por eso es necesario tener cada día delante de los ojos la muerte, el destierro y las otras demás cosas que la mayor parte de los humanos ponen en el número de males.
Hablamos al principio de los cambios de estado de la materia, por lo que debemos aclarar que los cambios se dan a una temperatura constante, dependiendo de la sustancia y de la presión atmosférica, (condición esta sólo del globo terráqueo), sin embargo, existen moléculas extremófilas y termófilas que soportan alzas y descensos de temperatura críticas, sin aproximarse a puntos de cambios, que modifiquen su estado. No obstante, la entropía social venezolana que traía un calor almacenado, iba obteniendo el punto de ebullición capaz de enmendar los errores que arrastra la derrota, y se encamino hacia la condensación del desengaño.
El 27 de noviembre de 1992, se dispara otra ocurrencia armada, volatilizando nuevamente el efecto guerrerista y las posibilidades de éxito por esa vía; evidenciando el vigor de los hombres de armas y la congruencia en el descontento de todos los estratos del tejido societario, continuaba en ascenso. Como único fin digno se busca el delta del calor necesario para el cambio de estado, que ahora ya no debe ser por la vía convencional.
El proceso físico del cambio de estado estaba en marcha, solo había que tener paciencia y confianza en el movimiento social y en las estrategias de un líder carismático. Un aspecto clave era que ninguna instancia institucional, incluyendo la armada, garantizaba la continuidad, condiciones adversas para los viejos partidos del status. Dando paso a la alianza entre estructuralismo y materialismo, proveniente de una simple concepción del método. Si somos coherentes y objetivos en el planteamiento, los cambios que antes se esperaban por la vía de la sublimación, ahora serían permutas naturales, sujetas a leyes físicas convencionales para facilitar la transición del pensamiento político como energía acumulada.
Claro que se requiere una hipótesis sustentaría en la percepción y básicamente en el convencimiento para lograr el cambio de actitud que requerimos. No solo es un convencimiento ideológico, sino también epistémico que desplace la consciencia engañosa, generando confianza en el nuevo modelo político en las tres cuartas parte de la población del país. Todavía hay que precisar esta cuestión, para lo cual debemos recurrir al “método térmico-complementario”, que nos separa del “caos” micro cósmico de los fotones y nos profundiza en la transmisión y absorción de calor molecular, con elementos más visiblemente importante como el poder político. Él representa el calor latente el cual no es medido por el termómetro y contribuye en todos los casos al cambio constante.
Como argumento de peso, para sostener esta propuesta, voy a recordar un proceso sine qua non, que valora el ejercicio de la energía integrada a la sustancia, valorar los aspectos científicos explicativos de la argumentación que requerimos, para declarar la relación entre: presión, temperatura, y cambios de estados de la materia. O en todo caso, tener en cuenta la ley de Charle que establece lo siguiente: a mayor presión, mayor temperatura… Esta relación directa alude concretamente los asuntos sociales, sin desconocer su valor consistente, en sustancias distintas a las organizaciones humanas. También se debe entender que cada sustancia cumple a un calor específico, latente y de fusión diferente: calor específico. (C.E) Calor latente. (C.L) y calor latente de fusión (CLF). Sin olvidar los pasos convencionales de la sustancia en el proceso de su transformación, prueba rutinaria: sólido a líquido y de líquido a gas. En cada paso se requiere un calor latente, correspondiente, siendo la suma total, el calor total de evaporación. Pero se debe tomar en consideración el calor sensible, el que se puede apreciar en el termómetro y, en consecuencia el que consume la materia en forma de trabajo, el cual no marca el termómetro. Este ejercicio cambiante vale compararlo con los procesos sociales que ha vivido la humanidad y los que se van a producir en lo sucesivo.
En un esfuerzo distinto, pero consumiendo la misma cantidad de calor al finalizar el proceso, se realiza la sublimación, donde la sustancia pasa del estado sólido, directamente a vapor, sin pasar por líquido. Indudablemente que el valor del calor total, depende de la sustancia en el proceso. Obviamente, el micro mundo está presente de manera menos comprometida en todo este sumario, sin embargo, lo que se percibe en el cambio físico de la realidad en cuestión y, la apreciabilidad de los cambios de temperaturas manifestados por el termómetro. Recordemos que la termodinámica establece en su tercera ley que: el calor es la energía acumulada en los cuerpos y la temperatura, la manifestación de un cuerpo que la contiene. Las comunidades son cuerpos sustanciales que contienen, almacenan y disipan calor, tanto sensible como latente y bajo ese concepto, hemos trasladado los complejos cambios que se han dado en Venezuela.
En el ámbito sociopolítico encontramos en Venezuela, en escasos 500 años, una variedad de hechos que siendo los mismos en la aparición, en casi toda la América, son distintos en su desarrollo holístico: Descubrimiento. Partimos del lugar donde llegó por primera vez, el Almirante Cristóbal Colón, (Uquire, Península de Parias, al Norte del país-1498) por azar o causalidad, fuimos el territorio continental que vio la llegada de “extraños hombres” de otras latitudes y, el asombro inicial tuvo que haber engendrado una terrible sorpresa psicológica, si se consideran ahora esos términos como tales, es decir, los llamados elementos del pensamiento, conceptos, clases o reacciones, volvemos siempre a encontrarnos con ellos, como una herencia genética; el mismo carácter asimilativo está en estas generaciones de ahora, después de 500 años; sembradas en el sujeto, estático, sorprendidos, inquietos y aligerados por la equivalencia de los semi-dioses que siempre nos acechan. Porque en la sorpresa, el carácter esencial del pensamiento lógico es la sumisión que se prolonga hasta exteriorizarla, por eso, cuando en 1513 comenzaron las bombas perlíferas en Cubagua, obligando a los aborígenes a bajar hasta 17 brazadas a pulmón limpio, comenzaba entonces el azaro por sacar cada vez más perlas, cuando se produjo el levantamiento indígena en 1521 en La Nueva Toledo. Después la resistencia fue brutal, los nacionales hicieron guardia permanente a orillas del Manzanares, río que atraviesa Cumaná en tierras venezolanas, para impedir que los invasores se surtieran de agua dulce.
En este territorio comenzó también la Conquista, y el negocio más lucrativo consistió, lamentablemente, en la compra y apresamiento de esclavos nativos. La Colonia, fue un despliegue de ambiciones en busca del Dorado y a la caza de los nativos quienes manifestaron su informalidad y rebeldía hasta entrado el siglo XIX, quemando y asaltando iglesias. La Independencia se inicia como la manifestación de inconformidad de la Nobleza Criolla, contra la Nobleza Insular, que por fortuna se extendió por la basta lejanía de esta América, tomando este país el protagonismo de Ejercito Libertador. No quiero con esto sobrevalorar los acontecimientos, sino de manera llana hacer un recuento y a la vez un reconocimiento al espíritu omnisciente que impulsa siempre nuestra participación en los cambios sociales.
El liderazgo en Venezuela: Épico, Caudillesco, Carismático.
En relación con los irrebatibles hechos históricos, de los liderazgos en Venezuela, épicos, caudillescos y carismáticos, podemos establecer una valoración a juicio de las diferentes épocas republicanas del país. De un total de 38 Presidentes que ha tenido Venezuela, en una perspectiva antropológica, los líderes carismáticos no pasan de contarse con los dedos de una mano y esto no es un caso excepcional en Latinoamérica. Lo que ha sucedido desde nuestro primer Presidente, Cristóbal Mendoza, 1811-1813, hasta nuestros días, significa probablemente que hemos avanzado hacia una creciente democratización, democratizando las instituciones familiares y la estructura social, asumiendo la tesis del Socialismo del Siglo XXI, como una hipótesis sostenida de la libertad y la igualdad, protagonismo político que se viene dando de manera sistemática a través de los Consejos Comunales, de lo cual me ocuparé después de este capitulo.
Para comenzar, esta parte del liderazgo Caudillesco, cabe hacer notar el sobresaliente arrebato del negro Miguel, “Primera Rebelión de Esclavos negros en Venezuela”, 1533, a tan sólo 35 años de haber puesto pie en territorio nacional los peninsulares capitaneados por Cristóbal Colón. Para entonces se había acelerado la adquisición de la mano de obra esclava procedente de África, azotada y esclavizada; explotaban una veta de oro a orillas del río Baria, cerca de la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, gobernada por Juan de Villegas Maldonado. Partiendo del enfoque caudillista, la actitud de duda frente a la opresión y sometimiento, rebeldía frente la obediencia, como hombre de otra distante latitud, pone de manifiesto su fuerza comunicativa y la razón de libertad para el convite de la peligrosa faena. Una de las características más propias del vasto horizonte de donde provenían los mandinga, ahora esclavos, era el imaginario africano, de andar y seguir a lo largo y ancho de la selva, por esa razón, aún sin saber la cantidad de kilómetros que le separaba de su lugar de origen propuso la fuga para ir junto a los otros a alguna parte donde ejercer la libertad. Es en cierto modo la epopeya del irracional sentimiento de independencia que ha marcado siempre el destino del ser humano, preparada su alma estaba para entrar en el siglo de las conflagraciones por lo que asomó su resistencia.
A ese propósito añadiré lo siguiente: en la conferencia de Hollwood, el 14 de febrero de 1790, se valoran las consecuencia y desastre en la América, de tal forma se establece el siguiente comunicado: “La América española desea que la Inglaterra le ayude a sacudir la opresión infame en que la España la tiene constituida; negando a sus naturales de todas las clases, el que puedan obtener empleos militares, civiles o eclesiásticos de alguna consideración, y confiriéndolos sólo a los españoles europeos de baja esfera por lo general, que viene allí únicamente para enriquecerse, ultrajar y oprimir a los infelices habitantes, con una rapacidad increíble, prohibiendo aún a la nobleza americana, el que pase a España, ni a ningún otro país extranjero sin licencia particular del Rey que rarísima vez se concede; verificándose así el tenerlos aprisionados, sin causas ni motivo alguno y lo que es más aún, oprimir también en entendimiento con el infame tribunal de la Inquisición que prohíbe cuantos libros o publicación útil parezca, capaz de ilustrar el entendimiento humano, que así procuran degradar, haciéndole supersticioso, humilde y despreciable por crasa ignorancia”. Los escitas, dice Herodoto, sacan los ojos a sus esclavos para que batan con paciencia la leche que es su nutrimiento ordinario (Lib. 4ª) Más la España, refinando aún la crueldad, les saca, por decirlo así, los ojos del entendimiento a los americanos para tenerlos más sujetos.
Liderazgo Épico
Tiempo después, otro hijo de emigrante pasearía su afán de libertad por el viejo continente y regresaría por Coro, para sembrar la semilla de libertad. El Generalísimo Francisco de Miranda, terco descendiente de canarios, execrado por los mantuanos, por el doble estigma de canario y noble criollo, (hoy su nombre flamea rubricado en el arco del triunfo parisino). Como todos los hijos de peninsulares nacidos en el nuevo continente, no poseían derechos políticos, muestra al mundo su rebeldía y regresa, con la tentativa de invasión en 1806. Fracasado este intento, huye a Trinidad, de donde lo rescata una comisión encabezada por el naciente militar, Simón Bolívar. Sin entrar en detalles de la cuestión, debo decir que ese fue el sentimiento de rebeldía que rescató Bolívar, como herencia de los mantuanos carentes de libertad política, ante una monarquía que pretendía acorralar a los nativos y extender su poder tan sólo a los peninsulares. Poniendo en práctica su liderazgo épico y por la virtud del acto en sí, y no de la dignidad más elevada, emprende por la América una campaña libertaria, vehemente y obstinada hasta el final de sus días.
Ciertamente que los liderazgos históricos de: conquista, colonia e independencia, brotaron de la rebeldía, por lo que estuvieron contaminados por las dudas y la ignorancia de muchos factores sociales. Por eso, al decir de Simón Bolívar, encontramos una decepcionante opinión al final de su liderazgo de combatiente: “Ya la tarea esta cumplida con Ayacucho. Ya está libre la América y ha llegado el tiempo de que yo me aparte y realice un viejo deseo de dejar el mando. Hace catorce años que llevo esta terrible carga encima. Lo que viene ahora es la lucha política, la pugna de ambiciones, las mezquindades y los partidos de los que nada hicieron por la Independencia. Ya mi papel ha concluido”. Es la voz angustiosa de uno de los liderazgos épicos con mayor ascendencia en la época de la Independencia.
Otros liderazgos caudillescos abarcaron el siglo XVIII y el XIX. Y principios del XX. José Antonio Páez. 1830-1834, 1839-1843 y de 1861-1863. José Tadeo Monagas. 1847-1851 y 1855-1858. José Gregorio Monagas. 1851-1855. Antonio Guzmán Blanco. 1870-1877, 1879-1884 y 1886-1888. Juan Pablo Rojas Paúl. 1888-1890. Raimundo Andueza Palacio. 1890-1892. Ignacio Andrade. 1898-1899. Cipriano Castro. 1899-1908. Juan Vicente Gómez. 1908-1935. Eleazar López Contreras. 1935-1941. Delgado Chalbaud. 1948-1950. Marcos Pérez Jiménez. 1952-1958.
Es a principio del siglo XX, cuando empieza a florecer el liderazgo carismático en Venezuela y la fuerza exterior coloca al organismo societario en una relación teóricamente democrática. El aparato interior se apresura a plantear mediante sus recursos, ofertas temerarias, como el Plan de Emergencia, el cual consistía en invitar al campesinado a las ciudades, donde se les cancelaba un sueldo semanal para que se acostumbraran a las urbes, con el objeto de emprender la conquista de los talleres automatizados, para de esa manera sustituir las importaciones. Surgen entonces, en lo político, figuras, atractivas, poseedoras de un hálito especial que los hace arrastrar multitudes o sociedades enteras tras sus pasos. Frente a la carga emotiva de los líderes carismáticos, existen líderes más opacos, pero aparentemente más técnicos y eficaces. Si me planteo en este trabajo, revitalizar el carisma, partiendo de los postulados elaborados por Marx Weber, sobre el tipo de ideal carismático, comprenderemos que este particular, el sociólogo alemán establece una profunda descripción del asunto que no ha sido explotada suficientemente; según Weber, los rasgos que establecen la transformación que ocurre en el mundo en las dos últimas décadas, como la globalización económica, el debilitamiento de los estados-naciones y el resurgimiento de las identidades nacionales y culturales. “…la calidad que pasa por extraordinaria (condicionada mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas, que de hechiceros, árbitros, jefes de cacería o caudillos militares); de una personalidad por cuya virtud se considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas, o por lo menos específicamente extraordinarias y no asequibles a cualquier otro-, o como enviados de dios, o como ejemplar y, en consecuencia como jefe, caudillo, guía o líder”. Economía y sociedad. P: 193.
Observamos en esta apreciación Weberiana, una noción de carisma sumamente amplia, donde una gran cantidad de personas poseen cualidades del carisma. Pero en la parte política, Max se ocupa del carácter que denomina, “autoritativa”, expresión que asocia al ejercicio de la autoridad del Estado mediante la utilización eventual de la fuerza física. En este sentido es notorio como su estudio sobre el tipo ideal de dominación carismática, se concentra prácticamente, en tres clases de figuras: la del religioso, mago en sus distintas acepciones (hechicero, chamán, profeta, etc.) y la del caudillo guerrero, son los dos prototipos por excelencia de la dominación carismática.
Atendiendo a la naturaleza de este fenómeno, se conforma un giro cesarístico en la selección de los líderes. Y en realidad todas las democracias tienden a eso. El instrumento específicamente cesarístico, es el plebiscito, este no es una “votación” o una “elección usual”, sino una profesión de “fe” en la votación del líder que asume para sí esta reclamación. (Idem Pág. 232). Los argumentos de Sartre en contra de los estructuralistas y postmodernistas, nos permiten vislumbrar que la muerte del sujeto cartesiano, una vez develado su carácter de ficción producida por los sistemas y juegos del lenguaje, no implica necesariamente la clausura de la libertad del ser humano de rehacer su subjetividad, con el propósito de enfrentarse a la estructura de dominación que pretenden reducirlo a la condición de mero engranaje de la gran maquinaria.
Después de haber vivido por completo el ejercicio de estos liderazgos convencionales y especiales en Venezuela, se nos ha concedido, (por esa causalidad que siempre nos persigue), la posibilidad de reflexionar y despejar la confusión de la consciencia para poder distinguir el pasado del futuro, en un marco presente con perspectivas a tomar en cuenta las corrientes aleatorias, los remolinos y los vértices estables. Pienso que nos aproximamos a los grados de libertad que plantean: John Briggs y F. David Peat, en Las Siete Leyes del Caos. Y no se trata de ningún plan para inventar la realidad, se trata de un testimonio de la época en que vivimos y el empuje hacia el cambio definitivo que, bien es sabido, no se fuerza, pero si se alimenta con didáctica dinámica, donde la escuela tiene una permanente apertura ya que la escuela es un derecho de todos los ciudadanos, para nosotros es un privilegio, enseñar y aprender de todos, una mejor manera de vivir. De la infancia a la adolescencia, de la madurez a la vejes, nuestros preceptos pedagógicos marchan evolutivamente hacia el socialismo.
En nuestra sociedad se ha venido dando el cambio de Complejidad y Caos, quizá desapercibidamente. Es de entender que el proceso venezolano estuvo, acertadamente ensayando desde el principio el cambio de paradigma, pero al abandonar el paradigma de la simplicidad cartesiano-newtoniano y, adentrarnos en la educación socialista-paradigmática, hemos encontrado un alto nivel de resistencia debido a la correlación del método. Pienso que la falla y, ahí es donde debemos impulsar nuestro mayor esfuerzo, ha estado en la autoorganización de los colaterales educativos. La familia que como núcleo principal de la sociedad, ha sido usada para el desarrollo organizacional, descuidando la velocidad de los cambios que se han generado en su estructura, donde está implicada la relación y protección judicial del menor, desvirtuando la auto organización y encontrando –erradamente-como un estorbo, ese nicho protector.
…La participación infantil como signo de la crisis política y los movimientos sociales... Esta hipótesis pesimista –o más bien crítica- se sustentaría en la percepción de que el florecimiento de este tipo de movimiento, no es más que la manifestación postrera y débil de un pensamiento desfalleciente, caduco y vetusto. Una forma por demás cínica y engañosa de esconder la creciente debilidad y difuminación de los movimientos sociales y la pérdida de importancia y de espacio de la política en los últimos años. Esto se demostraría por el carácter meramente simbólico y tutelados que tienen estos movimientos (tanto los niños como los ancianos, actúan generalmente bajo la dirección o la orientación de adultos o grupos conformados por adultos, en ocasiones con claras identificaciones políticas y/o partidistas). Los niños, particularmente, según esta tendencia, nunca podrían ser verdaderos actores de la política, por las naturales limitaciones biológicas y de raciocinio y experiencia de que adolecen. No cuesta mucho entender el rol de los padres que, teniendo que ausentarse del hogar, por motivos ocupacionales, representa un oscuro vacío para la atención y crianza de las nuevas generaciones. Las familias venezolanas, en altísimo porcentaje, salen ambos al mercado de trabajo. (La Familia en Crisis. Pág. 54. José Tapizkent). En esta nueva visión societaria que emerge, el niño es orientado hacia la responsabilidad y seriedad que ahora tiene como ciudadano, capacitado y preparado para opinar y decidir.
En lo que aún resta del viejo sistema, la familia tiene compromisos ineludibles con la educación, pues es la más directamente interesada en la formación de los hijos, los objetivos propuestos por la escuela, no pueden ser indiferentes a los anhelos de la familia. Por eso es necesario conquistar el núcleo familiar, interconectar los mecanismos del subsistema, para edificar completamente el nuevo paradigma.
En los últimos diez años se ha dado un cambio sustancial a la educación venezolana, es de entender que para ello hubo de configurar un estatus académico distinto al tradicional, los cuales servían selectivamente, a un restringido sector de la sociedad, se crearon nuevas universidades, se avanzó en el desempeño del analfabetismo y se estimuló la “creatividad productiva, generando cambios importantes en el complejo sistema de “producción capitalista”.
Los últimos años son testigos del avance del proceso y de cambios sustanciales que permiten exhibir una plataforma del nuevo proyecto de país. El Presidente Hugo Chávez Fría, ha logrado sortear las dificultades, las confrontaciones e invariablemente, con su estilo carismático, lleva a cabo un trabajo de expansión socialista en muchas regiones de Latinoamérica y el mundo. Quizá el cambio de mentalidad se produzca con este nuevo propósito de los venezolanos, para tal fin debemos volver a los vasos comunicantes que se han establecido con las comunidades y aunque está presente el ejercicio del poder político, se establece el uso de la palabra, de ellas no podemos decir si son ciertas o falsas, pero el punto más importante lo establece el ejercicio práctico del proceso que se viene cumpliendo. Por eso hemos comprendido que la vía que escogimos para echar a rodar este proyecto político, es favorecida por el engranaje de la teoría cuántica y quizá, por la causalidad que siempre nos ha acompañado.
Lo que nos conduce a plantear El Socialismo del Siglo XXI, como una ventana futura, (con método impredecible), no es para contradecir los nuevos postulados, con los que estamos totalmente de acuerdo, fijando la tesis de: ni teorías ineficientes, ni practicismo innecesario. Esta referencia nos obliga al informe del liderazgo carismático, como método o, principio sustantivo de una conquista democrática. Vale decir que una crítica básica que se puede hacer a este desarrollo, es la “cutinización del carisma” planteamiento recogido en el Ensayo de Modernidad y Posmodernidad, de Fidel Canelón, donde aplica la siguiente referencia al respecto: “…la dominación carismática en su forma pura-pureza que ya es, de por sí, un constructo idealizado de la realidad, como los otros tipos de dominación descritos por Weber-aparentemente no se puede prolongar por mucho tiempo. En primer lugar porque es intrínsecamente inestable: el carisma, así como se posee, se puede perder. El profeta o el iluminado adquieren su legitimidad, realizando milagros y conjurando los espíritus malignos, pero en cualquier momento pueden caer en des-gracia, al no ser favorecidos por los dioses, o sencillamente al perder sus poderes. Como afirma Octavio Paz, eso fue lo que sucedió con los emperadores aztecas, quienes se sintieron abandonados por los dioses, cuando llegaron los conquistadores. Por otra parte, el héroe guerrero, así como el caudillo-demagogo, deben su legitimidad, al carácter glorioso y ejemplar de sus hazañas guerreras y políticas, pero apenas estas cesan, o apenas llega la época de las vacas flacas, pueden perder el carisma y, en consecuencia ser desplazados, cuando no sacrificados o execrados.
Además -en segundo lugar-, en un determinado momento, aún en plena posesión de “poderes”, empieza un proceso que Weber denomina, la rutinización del carisma, que resumiéndolo, consiste en el asalto a dominación carismática, por métodos y prácticas propios del sistema de dominación tradicionales y/o racionales, dejando por consiguiente de ser pura, en el caso de las religiones, esto está representado típicamente por la aparición de una clase sacerdotal que desplaza o sustituye al chamán o profeta -según la sociedad de que se trate- introduciendo generalmente criterios racionales, e intelectuales, en el sistema de creencias. En el caso de los héroes guerreros, y de los caudillos retóricos, la rutinización se puede manifestar, entre otras formas en la aparición de un séquito que rodea al líder carismático, se apropia de los cargos, de las prebendas patrimoniales y adquieren derechos especiales, llegando a constituir la clase burocrática. En otras palabras, con la rutinización u objetivación, como también la llama Weber, la dominación carismática se transforma progresivamente, en una dominación tradicional, o en una dominación racional-legal”.
Pero el liderazgo carismático no se ha gastado en América y muy especialmente en Venezuela, es un principio vigente prácticamente demostrado por Hugo Chávez Frías. Se puede decir, que en la sociedad americana creada con la conquista y la colonia ha existido una convivencia muy frágil entre los tres tipos de dominación, por diversas circunstancias, tanto el principio de legitimación tradicional, como el principio de legitimación racional-legal, estuvieron desde un comienzo sometido o encadenado, al principio de legitimación carismático y no a la inversa.
La interrogante abierta, entonces, es ¿por qué en la América hispana no se ha producido una subversión de orden primigenio de cosas? ¿Por qué continúa predominando el principio carismático, pese a que fuimos conquistados por una potencia donde existían fuertes lazos tradicionales y en donde la racionalidad legal (como en el resto de Europa) ya se imponía indefectiblemente como el elemento rector de la sociedad? El ensayista concluye con algunas cavilaciones: partiendo de nuestra tesis de que en América hispana no se ha desarrollado efectivamente el proceso que Weber denomina, la rutinización del Carisma.
Organización Comunitaria, eje fundamental para la consolidación de la convivencia en socialismo
La experiencia conmutativa de las comunidades y consejos comunales en Venezuela, aplica un fuerte crédito al nuevo sistema en proceso, basta señalar la nueva organización que se desprende de un criterio práctico de “mayor democracia para el pueblo”. Es así como se ha venido incrementando el tamaño de la ventana socialista que llegó al poder por el simbolismo carismático de Hugo Chávez y, se está convirtiendo en una experiencia mundial de cómo hacer la transformación social de manera pacífica. Para ilustrar mi aseveración, debo citar a Marta Harnecker en su libro: Gobiernos Comunitarios, Transformando el Estado desde Abajo. “… En esa búsqueda surgieron dos ideas pioneras: los territorios sociales, y los gobiernos comunitarios. La primera se refiere a la necesidad de subdividir el territorio municipal en áreas mucho más pequeñas que las parroquias, pero no tan pequeñas como las áreas vecinales; y la segunda, a la necesidad de instalar en esos territorios, estructuras de gobierno a las que la alcaldía pudiese transferir competencias y recursos.
Estas ideas discurridas con más de 2.000 líderes comunitarios, durante varios días comienzan a plasmarse en la práctica en el 2001, fue interrumpido y se reanuda el 2004. En el 2005 se discute la Ordenanza que plasma estas ideas y pudiéramos decir que ya en el 2006 la idea se consolida en la práctica. Es interesante señalar que esos embriones de organización popular territorial, fueron claves en la defensa del proceso en ese momento crítico (golpe de estado en Venezuela el 11 y 12 de abril del 2002) y para resolver luego los problemas creados por el paro empresarial.
El material reunido en este libro es el testimonio vivo de un esfuerzo de transformación del estado a nivel municipal, de acercamiento del gobierno a la población, a modo de ir avanzando hacia el auto-gobierno de la gente. (Pág. 9).
Pero para llegar a la etapa en que la gente se gobierne a si misma, se requiere primero un período de aprendizaje, de errores y ensayos, de luchas por crear lo nuevo desde el seno de la vieja estructura estatal heredada (autopoesis). El nuevo modelo, o mejor dicho, la transformación social no vienen por arte de magia, debemos construirla para vivir en ella.
Es a partir de la aparición de la actividad reflexiva que la conciencia logra ponerse a si misma como objeto dando origen a la nueva forma organizativa, de tal manera que es ahora cuando debemos emprender el cambio, en este presente que pisamos y y vivimos. No son las cosas las que atormentan a los humanos, sino las opiniones que se tienen de ellas.
En lo sucesivo, debo referirme progresivamente a los cambios cuánticos, como material de trabajo el cual estamos en la obligación de revisar y comentar: ampliar, contrariar o aceptar, recordando la premisa de, no hay cambio social si no hay individuo crítico. De esa forma debo entrar en referencia a la formulación de la cuestión siguiente, expresada en los principales hitos en el Camino del Socialismo Cuántico. (Sartre anula la supuesta primacía del código reflexivo, del sujeto pensante, para establecer un nivel de realidad en el que la vivencia en y con la realidad misma es condición de pensar y del saber (2001:362-363).
Cada partícula es ella y todas las demás. En el terreno físico propiamente dicho, nada estaría mas cerca de la verdad, siendo esta, la verdad, distinta a la realidad, ya que hoy puede ser virtual o tangible. La interconexión de fenómenos, hechos y actividades observados entre los actores, desde diversas naciones del mundo, cuando se manifiestan en un lugar, reflejan lo que sucede en otro, translucen simbiosis de culturas, adaptaciones y asimilaciones de nuevos contextos impuestos por diferentes tipos de fuerzas, (económicas, políticas, sociales), con ello estamos viviendo lo que es la multiculturalidad del sistema planetario.
En cuanto a la no existencia de un mundo objetivo, con existencia independiente del observador, recordemos la vieja discusión de Dichardin y Roger Garruda. “Si el todo lo que existe está no mas dentro de nosotros, deténgase por un momento en los rieles del tren que avanza hacia acá, cuando se aproxime y constate la subjetividad, comprenderá que también la realidad existe fuera de nosotros, los objetos…”. Discusión sobre Creacionismo y Materialismo Científico. Francia. Año 1962.
Concluiremos alguna vez con ese gran esfuerzo que se hace al principio para demostrar la necesidad de un nuevo paradigma. Necesitamos una postura intelectual y filosófica nueva, sin apasionamientos para que al fin nos aproximemos a la nueva concepción de una realidad socialista futura y objetiva. No quiero que en el proceso que me ha tocado vivir y construir pase al olvido por simplistas errores de conceptos que agudicen dudas que no podamos saldar en el presente que nos corresponde. Los venezolanos como yo, estamos consustanciados con el socialismo cuántico como material de discusión, como tema de profundidad, donde se implementen temáticas en acuerdo o desacuerdo, planteándose materia de discusión, elementales y profundas y claras correcciones, para abortar lo atmosférico y crear una teoría universal con perspectiva de espacio en tres consideraciones básicas: Expandir el espíritu, agigantar el entendimiento del mundo que nos rodea y respetar sus culturas. Considerando estos postulados, entre otros, como base ideológica del nuevo socialismo.
Las puertas del cambio solo se abren por dentro
Citar este paradigma me obliga a mencionar la genealogía de quien una vez en Venezuela mencionara la palabra cambio, después de una intentona de golpe de Estado (…) por ahora los objetivos no se han cumplido. Esta frase permanece claramente en el archivo genético del cambio revolucionario en nuestro país. Quizá no tenga gran trascendencia como ejercicio semántico, pero si como enunciado morfogenético que hizo resonancia en un proceso onírico que subyacía en la consciencia del venezolano, cuya efecto comprobamos poco tiempo después. Pero la cuestión consiste en conocer las diferencias entre la percepción y el rechazo a ese llamado, escapado de un propósito fallido y articulado por un hombre rodeado de enemigos. La inteligencia emocional sirvió para impulsar la esperanza, abriendo las puertas desde adentro para irradiar un mensaje que sería imitado por miles en todo el territorio nacional, transfiriendo su fuerza al mismo estatus teórico del enunciado, como un bien social (amor al prójimo). Está claro que ese mensaje tuvo eco inicial, integrando la fuerza necesaria para ganar elecciones pero adoleciendo de la energía suficiente para concretar la transformación de la sociedad. En el mismo campo donde se consume la práctica del poder político, se debe impulsar el quadrillage teórico inherente al cambio de consciencia, para cumplir lo referente a: “Todo proceso permanente se sustenta en trascender un nivel de conciencia, lograr un cambio de paradigma”.
Las puertas se abrieron hacia dentro, una vez que se obtuvo la victoria electoral, luego surgió el cuestionamiento del poder y el antagonismo de la lucha política. Entendemos claramente que conjugar los distintos ambientes no es tarea sencilla ya que existe una transformación tendente a impresionar la voluntad del individuo que luego cautiva a la gran mayoría de la sociedad, se trata de la esperanza de tener bienes de fortuna, cuestión que alimenta proporcionalmente el consumismo, base fundamental del sistema capitalista. Por lo que es necesario reforzar la educación, implementar el debate, proporcionar buenos ejemplos para combatir los vicios “pequeño burgueses”.
El Proceso Revolucionario Venezolano ofrece una alternativa viable, factible, tangible, tanto en lo doctrinario, como en lo pragmático, si consideramos el avance que se ha logrado en 10 años. Estamos plenamente convencidos que se ha crecido en el sector de la clase más desposeída, donde antes no llegaba la distribución de la riqueza, en estos momentos se cuenta con un amplio operativo de distribución alimentaria. En el área educativa, la gran mayoría que anteriormente no terminaba la secundaria, hoy, no solamente ha concluido estos estudios, sino que ha logrado una carrera universitaria, en las tantas casas de estudios alternativas que se han multiplicado en el país. Esa etapa es importante mantenerla y perfeccionarla para aumentar no solo lo cuantitativo, sino también lo cualitativo. No obstante, donde existen grandes fallas es en el sector de la clase media venezolana; en ese sector es necesario implementar una reingeniería que suavice las contradicciones y acerque el vínculo, pertinente al objetivo “imprescindible hacia la conquista del voto”. Un nuevo ambiente de esta naturaleza, requiere de propuestas atractivas e instrumentos de evaluación que midan tanto el desempeño de la propuesta, como los cambios de conductas del colectivo.
No se puede avanzar después de haber llegado al techo, es posible mantener el rango en sentido horizontal, para conquistar otros planos y es evidente que el espacio hacia donde debe dirigirse la formulación ideológica es en la dirección donde hay la mayor resistencia, pero no con el enfrentamiento, sino con el franco pensamiento para convencer de lo que se trata.
Dentro de las principales exigencias que, como disciplina, se requiere para su desarrollo y crecimiento algo que se encuentra relacionado con la formación de las nuevas bases societarias que transformarán el hecho económico y político del país, la formación de los nuevos profesionales que se desempeñarán en los distintos puestos de supervisor, control y mando, todos ellos tienen que ser aportes relacionados con la realidad que vivimos, donde existe un componente distinto al ortodoxo modelo, ideológico-económico. Si pretendemos encontrar valores comunes para toda la humanidad, no podemos desconocer a los chinos, quienes han puesto en práctica un modelo político ortodoxo, con una economía posmodernista, donde los valores, las costumbres y hábitos no pierden fuerza, frente al avance, desarrollo y sistematización del modelo económico. En la educación han conquistado los mejores adelantos en nanotecnología, el 46% de sus habitantes son universitarios, por encima de la media del mundo Occidental, que logra capitalizar tan sólo el 26%. Por esos motivos de adelanto, frente al viejo modelo capitalista e inacabado socialismo marxista-leninista, es necesario educar para la implementación de un nuevo modelo de transformación social, en una “acción político-pedagógica”. Porque asumimos el criterio de Francisco Gutiérrez: “Educación como Praxis Política”: “La dimensión sociopolítica, lejos de contaminar y “dañar” al proceso educativo, ayuda más bien a convertirlo en un poderoso de transformación de la realidad social. Es evidente que el hombre que tenemos que formar no es ese ser abstracto e incontaminado que se ha venido “formando” hasta ahora. El humano que debemos formar es ese ser relacional, condicionado política, social y económicamente por una sociedad llena de contradicciones. Vista desde este ángulo, en modo alguno es “peligrosa” la dimensión política de la educación. Antes al contrario, la ausencia de esta dimensión es, de acuerdo con nuestra hipótesis, la causa del deterioro y de la desvirtuación del sistema educativo.
Educar para la nueva propuesta
Sin negar la estrecha vinculación entre educación y formación democrática, es preciso dar un paso adelante. No es suficiente esa democracia representativa repleta de vicios, una democracia que ha reducido “los derechos políticos de maestros y profesores, como los del gendarme, a la libre emisión del voto personal en el momento oportuno, es una pobre democracia. La participación política es un derecho que todo ciudadano puede y debe ejercer. Hacer política es inherente al ser mismo del ser humano, es esencial a su labor porque es una dimensión de la vida personal y social, y porque, como asegura Garaudy, “el hombre todo se siente atrapado en una red social que se condiciona a su forma de pensar, en su trabajo, en sus diversiones, en su familia y en su hogar, en fin, en todas las posibilidades de vivir una vida humana o inhumana”.
De modo que quien quiera implantar una nueva doctrina debe tomar en consideración dos vertiente: empezar por la base (en el caso de Venezuela) de los Consejos Comunales a quien debe instruir sobre los papeles cardinales que va a jugar la educación como instrumento de socialización y luego trasladarla a la academia, allí se deben echar los pilares para que los jóvenes, iluminados en ellas, puedan luego cultivar al pueblo, debe extenderse a los sectores populares cuya inclusión es vital para darle un sustento seguro al sistema político.
Identificación con el nuevo paradigma
La identidad es una palabra que se atribuye, etimológicamente, según su morfología, a su derivación, del latín “idem” que significa “lo mismo” y que por oposición alude a “lo diferente” a “lo otro”. A muchos estudiosos no les parece tan simple como lo abordan: la filosofía, la psicología, la politología y la antropología, cada una de ellas la visualiza de forma diferente, sin embargo, la construcción de la identidad, se refiere a lo personal o lo individual y de lo colectivo o social. “aunque son procesos relacionados, implican causas simbólicas diferentes”, pero para el propósito y efectos de la integración que se propone una exigencia discrecional, ya que se asume como identidad social al reconocimiento que hace el sujeto individual de su membresía de un grupo social y de la importancia y significado emocional y moral vinculados a dicha membresía (Sánchez-Mazas & Klein, 2003). Pero este reconocimiento sólo ocurre cuando un sujeto además, de compartir elementos comunes con los demás miembros del grupo-cultura, historia, lengua, religión, ancestros, espacio-geográfico, está consciente del efecto de cohesión social y de la responsabilidad ciudadana que producen tales elementos entre él y la colectividad.
Por otra parte se debe concluir en que una expresión claramente formulada en el tratado La Transformación en la Convivencia, de Humberto Maturana, en el capítulo, Biología del Fenómeno Social, establece lo siguiente: “Los seres humanos somos seres sociales vivimos nuestro ser cotidiano en continua imbricación con el ser de otros esto, en general lo admitimos sin reservas. Al mismo tiempo los seres humanos somos individuos: vivimos nuestro ser cotidiano como un continuo devenir de experiencias individuales intransferibles esto lo admitimos como algo ineludible. Ser social y ser individual parecen condiciones contradictorias de existencia. De hecho, una buena parte de la historia política, económica y cultural de la humanidad, particularmente durante los últimos doscientos años en Occidente, tiene que ver con este dilema. Así distintas teorías políticas y económicas, fundadas en distintas ideologías de lo humano, enfatizan un aspecto u otro de esta dualidad, ya sea reclamando una subordinación de los intereses individuales a los intereses sociales, o al revés enajenando al ser humano de la unidad de su experiencia cotidiana. Más aún, cada una de las ideologías en que se fundan estas teorías políticas y económicas constituye una visión de los fenómenos sociales e individuales que pretenden afirmarse en una descripción verdadera de la naturaleza biológica, psicológica o espiritual, de lo humano. ¿Pero, están estas ideologías fundadas en una comprensión adecuada de lo humano? ¿Existe en verdad una contradicción esencial entre lo social y lo individual, o es esta contradicción una ilusión descriptiva? La diversidad etnológica de la humanidad nos muestra muchas instancias en las que hay, o se han dado sistemas sociales cuyos miembros viven la armonía de los intereses aparentemente contradictorios de la sociedad y los individuos que la componen. (Pág. 21 Transformación en la convivencia. Humberto Maturana).
Es decir, que es sólo cuando la historia y las memorias comunes y personales se transmiten a través del tiempo, se reinterpretan y se reconstruyen, y cuando la consciencia personal y la consciencia pública se interrelacionan para descubrir la esencia del grupo de la localidad, de nación, que el individuo logra situarse y alejarse de ese pensamiento. Explicado en otros términos, la identidad social se visualiza como un proceso de creación, y no sólo como una consecuencia inmediata de lo común y de lo compartido o de la visualización entre el pasado y el futuro.
Por otra parte, se puede referir que entre las tácticas que el ser humano ha creado, la organización educativa es el instrumento más activo que ha concebido. Y la organización es una herramienta de la educación que programada constituye una tentativa de individualizar la enseñanza para permitir que cada individuo trabaje a su ritmo y posibilidades, donde la motivación depende del éxito que se obtenga del aprendizaje.
Es recomendable tener pendiente algunos criterios que pueden ayudar a la unidad y la diversidad, dentro de la multiculturalidad, claro, debemos pensar en lo que ha sido observado ya por muchos autores y lo que significa poder crear la naturaleza soberana para entendernos con integridad, sin perder nuestra identidad. Por eso, la educación del futuro deberá vigilar porque la idea de unidad de la especie humana no borre la de su diversidad y esta a su vez, no borre la de unidad. Ya que ambas, unidad y diversidad, existen, al igual que una diversidad propiamente biológica en el seno de la unidad humana; unidad cerebral, mental, psíquica, afectiva e intelectual. Además de la diversidad emergente de los principios generadores u organizadores de las culturas y sociedades “donde es la unidad humana quien lleva en sí, los principios de sus múltiples diversidades”. De allí, comprender lo humano es la comprensión de su unidad dentro de la diversidad y su diversidad dentro de la unidad.
La organización comunal y sus consecuencias
Los últimos años son testigos del surgimiento de los líderes carismáticos y consientes en Venezuela; surgió con un discurso coherente y breve, Hugo Chávez Fría, quien para el momento no pensaba en transformar el sistema sociopolítico, sino proponer un cambio, dentro del sistema capitalista, pero la objetividad del mundo es una conclusión teórica y hubo para él, el momento del conclusivo del año 1992, (intentona de golpe de Estado) cuando en el último momento, una frase pronunciada por un líder en los medios de comunicación, demostró el impacto expresivo del lenguaje, al demostrar la contundencia y la fuerza de un discurso de 30 segundos. Por eso, al trasladar la cita del liderazgo carismático, vemos al creador del vocablo como un ser prometeico de la Caracas del ´92. El mito de Prometeo que en su origen es griego, es transformado desde la Edad Media, en uno de los grandes mitos de la modernidad. Al precisar este laberinto de cosas ocurridas y por ocurrir pensamos que todavía hay cuestiones que precisar, proponiéndonos establecer una relación histórica de esos acontecimientos.
Los dos primeros siglos de conquista y colonización dieron paso a un proceso agresivo de universalización de la cultura occidental, pero lo que es la moral y las instituciones políticas contemporáneas, no se pueden comprender, si no nos detenemos en aquel período donde la modernidad apenas estaba en su infancia. En los siglos XV y XVI, A la par del renacimiento, se forman los primeros Estados nacionales europeos; España, Portugal, Francia, Inglaterra entre otros y la moral internacional de Occidente, va a estar marcada por dos fenómenos determinantes: en lo político, el absolutismo y en lo económico, el mercantilismo. Y un poco más adelante, el Movimiento de la Comuna de París; según el Comité Central en su “Manifiesto del 18 de marzo, la Comuna significaba que los proletarios de París, cansados de los engaños y traiciones de que la clase media los había hecho víctima, habían creído llegada la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los negocios públicos; que los trabajadores habían comprendido que su deber imperioso y su derecho absoluto era hacerse dueños de su propio destino, tomando las riendas del gobierno”. (Marx La Guerra civil en Francia. Manifiesto del Consejo General acerca del Movimiento de la Comuna).
Más del vocinglero enfoque del momento, el juicio histórico refiere: para unos no fue más que la obra de agitadores irresponsables que jugaron con la desesperación de un pueblo agotado de calamidades; para otros, la lógica respuesta de las masas obreras ante la iniquidad del capitalismo decimonónico. Una y otra actitud se explica por la dilatación de la gesta revolucionaria comunal de 1871. El estallido revolucionario francés, en 1871, concluye uno de los hechos históricos de mayor significación en la historia contemporánea, es un hecho que marca el finiquito de un proceso y la marcha acelerada de otro, es la eclosión orgánica de un fenómeno que se creía sedimentado después de 1848, siendo este la eclosión de otro proceso que se creyó en iguales condiciones, y así hasta remitirse a 1789, sin que nos haga presa el temor al ídolo de los orígenes, sobre cuya profilaxis tanto nos ha alertado Marc Bloch.
Como hecho histórico concreto “La Comuna” de París es el reconocimiento de los antecedentes que no marginan su tipicidad y su peculiaridad. No fue un episodio espontáneo, aislado, parcelado en el campo de la historia, sino un hecho conexo con la historia europea en general y con la francesa en particular. De esta manera se nos impone la búsqueda en el contexto evolutivo de Francia de las situaciones históricas que en 1789, 1830 y 1848, en especial fueron creando las condiciones objetivas y subjetivas que hicieron posible la irrupción comunal-proletaria de 1871. Por lo que es necesario recalcar la importancia de las comunas como forma estructural de control y gobierno.
La rebelión parisina reconoce sus causas-antecedentes de orden histórico en las situaciones concretas ya señaladas. Su estudio nos revela la existencia de causas diversas que responden al carácter de la inmediatez causa, motivaciones de carácter socioeconómico, políticas, culturales, ideológicas que impelen, que fuerzan a la circunstancia histórica a manifestarse. Son los factores que afirmándose y negándose en un indetenible proceso dialéctico, alteran la “intrahistoria” y hacen que esta se nos explicite en situaciones concretas, particulares y típicas. Y no otro el caso de la insurgencia comunal en el París de 1871; condicionada por sus causas, caracterizada por su desarrollo y significada en sus consecuencias. Sus antecedentes mediatos en el nivel histórico se enmarcan en la historia francesa a partir de 1789 con el inicio de la Revolución Francesa, continuando con los sucesos de 1830 y 1848 que en lento proceso de suministro van otorgando los elementos que configuran el episodio comunero en la capital francesa.
Los sucesos posteriores a la Revolución de 1789, operaron en el sentido de sedimentar en algunos aspectos, los anhelos de aquel movimiento, pero en el discurrir histórico no son operables las tendencias únicas, en cuanto que no es estático ni determinado, sino dinámico y multitendencial, y de allí que en un apretado haz de tendencias operantes en el seno del proceso histórico, lo que generalmente se ha dado en llamar “Revolución de 1830”, que sacude a Bélgica, Polonia, Italia y en especial a Francia. Solo triunfa en Francia y Bélgica, pero sus repercusiones fueron continentales y de dilatadas proyecciones. Para la Santa Alianza y la corriente intervencionista de Matternich el triunfo de la Revolución de 1830 en Francia, significó así, el derecho de los pueblos al autogobierno.
Estos hechos en América Latina
Estos hechos en América Latina (desde México a Cabo de Horno), han tenido una trayectoria paradigmática, para el resto de los episodios libertarios que se sucedieron en esta latitud, sin embargo, lo fundamental para el hecho que nos atañe es el resurgimiento del espíritu liberal que coincide en Venezuela con la creación de la Primera República.
Mientras que en Francia, al dado de la difusión, se alzaron las ideas socialistas y republicanas, logrando las primeras radicalizar a las segundas, frente al explosivo problema del maquinismo y su secuela de “Desorden Establecido” para emplear una frase grata a Emmanuel Mounier. La Comuna de París que había salido en las elecciones de marzo de 1871, permaneció en sus funciones hasta su derrota definitiva, a finales de mayo. No fue por consiguiente una dictadura, puesto que salió de unas elecciones regulares y constituyó un gobierno de coalición que abarcaba miembros de la internacional, blanquistas, proud-honianos, republicanos burgueses y patriotas exasperados.
En el ámbito de lo político, lo social, lo religioso y lo cultural, han surgido personas poseedoras de un hálito especial que los hacen arrastrar multitudes o sociedades enteras tras sus pasos, es la carga emotiva de los líderes carismáticos, pero no solo en el plano político estamos presenciando este fenómeno, también en lo religioso existen iluminados que han creado nuevos movimientos o han quebrado los rígidos esquemas de viejas religiones.
Una nueva estructural organizativa en Venezuela
La nueva estructura de poder en Venezuela maneja con acertada perseverancia un nuevo concepto de producción, basado en experimentaciones sociales organizadas, se tienen establecidas una serie de empresas consistentes en marcado desarrollo del tipo cooperativas; es evidente que se introdujeron a la acción competitiva, mostrando de manera pedagógica esta fórmula a la ciudadanía; se crearon los nuevos conceptos de producción, reforzando la enseñanza de estos tratados y enriqueciéndoles con añadiduras a los Consejos Comunales, como aparato de inversión y producción en el seno de las comunidades, de esa manera la inversión directa en cuanto a las necesidades urgentes del colectivo, emprenden una solución tangible y a corto plazo en los distintos y apartados sectores, donde antes no llegaban los recursos.
Con la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (C.R.B.V.) en 1999, la orientación principal de este texto constitucional, es el desarrollo y profundización de la descentralización, como elemento dinamizador de las políticas públicas y la eficiencia y eficacia de las funciones del estado, así lo expresa el legislador en el artículo 158 de la Carta Magna cuando establece: La descentralización, como Política Nacional, debe profundizar la democracia, acercando el poder a la población y creando las mejores condiciones, tanto para el ejercicio de la democracia como para la prestación eficaz y eficiente de los cometidos estatales...Este artículo, expresa que la descentralización tiene como función primordial y fundamental, la profundización de la democracia, y para lograr este objetivo que atienda a una política nacional, es a través de la participación activa y protagónica de la población, como por ejemplo, la participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública, contenidos en el texto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (C.R.B.V.), entre otros por ejemplo están: (art. 62), el derecho al sufragio (art. 63), los referendas populares (art. 71 y siguientes), las asambleas de ciudadanos, los cabildos abiertos, la cogestión, la autogestión, cooperativismo y demás formas asociativas (art. 70), las contralorías sociales (art. 62 y 143), la creación de los consejos locales de planificación pública (art. 182) y otras maneras de participación de la ciudadanía. Dentro de esta generalización, encontramos los consejos comunales, entes regulado por la Ley de los Consejos Comunales, y que tienen como función primordial que los mismos habitantes organizados de un sector o comunidad, planifiquen de forma integral y articulada con otras instituciones, las políticas públicas dentro de un espacio especifico.
La figura de los Consejos Comunales, que han acogidos además todos los dirigentes políticos, unos con mayor o menor pasión, deben convertirse en los entes primarios para que las ciudades crezcan de forma planificada y organizada, pero tomando en cuenta todo el contexto geopolítico del país, porque si no es así, pues estaríamos en presencia de un organismo burocrático más, que solo responderán a intereses grupalistas y no al beneficio del individuo y la colectividad visto de forma integral como lo ha previsto el legislador en nuestra carta magna.
Esto nos induce a afirmar que la cooperación y organización de la sociedad, constituye la piedra angular en la consolidación del socialismo del siglo XXI y de la democracia participativa y protagónica como principio rector de la convivencia y del sistema de gobierno venezolano.
Finamente, expreso que para la concreción y fortalecimiento del socialismo del siglo XXI en Venezuela, es necesario y de vital importancia la organización social en todos los ámbitos, sociales, económicos, políticos, ambientales, artísticos y cultural, porque como ya lo expresamos en el transcurso de esta investigación, las comunidades son cuerpos sustanciales que contienen, almacenan y disipan calor, tanto sensible como latente y bajo ese concepto, hemos trasladado los complejos cambios que se han dado en Venezuela.
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