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Descartes y su visión mecanicista del mundo

Descartes y su visión mecanicista del mundo

 

 

             Las teorías esenciales de comprender el mundo y los valores culturales, que se comienzan a reexaminar a partir del siglo XX, se formularon en los siglos XVI y XVII, que la civilización occidental toma como bases del paradigma que desde entonces domina nuestra cultura, y aún hoy muchos científicos siguen atados a este modelo mecanicista a pesar que los mismos físicos ya han logrado superar en gran medida.

En los siglos XVI y XVII la concepción medieval de concebir el mundo, predominaba una visión orgánica, esto es, las relaciones interdependientes de los fenómenos materiales y espirituales de las personas que vivían en pequeñas comunidades y que estaban subordinadas a las necesidades individuales de éstas. Este pensamiento se reemplaza por la visión de un mundo que funciona como una máquina, constituyendo el paradigma de la era moderna, fundado por los cambios ocurridos en el campo de la física y la astronomía que concluye con las teorías de Copérnico, Galileo y Newton. Pero son Rene Descartes e Isaac Newton,  quienes logran con mucha fuerza imponer sus teorías a la civilización occidental. Descartes es considerado como el fundador de la filosofía moderna y sus conocimientos científicos consistían en “distinguir la verdad del error en todos los campos del estudio”.  Este principio cartesiano a la luz del siglo XX, históricamente queda demostrado que estaba errado, pues la física ha demostrado que no existe una certeza científica absoluta y que las teorías son limitadas y aproximativas simplemente.  Sin embargo, es indudable que su método hasta nuestros días es muy popular y muchos científicos y no científicos están convencidos que es el único método válido para entender el universo. De su famosa afirmación: Pienso luego existo”, Descartes, deduce que la esencia de la naturaleza humana, se halla en el pensamiento, en la psiquis, y especialmente en la “Intuición evidente y la deducción necesaria” para llegar a un conocimiento cierto. Por tal razón el método cartesiano, es eminentemente analítico y explicativo sin tener la posibilidad de la especulación ni la interpretación, ya que si se someten estos dos  conceptos a la realidad histórica, desde un punto de vista de tiempo y lugar,  al no  coincidir dentro de ese contexto preexistente, sencillamente se considera que no son ciertos. El racionalismo por tanto, no formula teorías, sino, que hacen doctrinas y utilizan para ello, el historial científico para influir en la psiquis humana para imponer y dominar.

            Descartes, basa toda su visión de la naturaleza en dos campos independientes y separados: (A) El del pensamiento o Res Cogitans (Humanidades) y (B) El de la materia o Res Extensa (Ciencias naturales). Descartes concibe el universo material como una máquina y solo una máquina perfecta regida por leyes matemáticas exactas.

Es necesario expresar, que la visión cartesiana ha sido de gran utilidad, especialmente en el campo de la biología, pero también ha limitado los posibles caminos de las investigaciones científicas. Para superar este problema en nuestro tiempo se habla de la transdiciplinariedad. Concepto éste,  que va más allá de una simpleza colaboracionistas de las ciencias para transformarse (Interdisciplinariedad), sino que todas ellas se funden para constituir un todo, es decir, las ciencias se colaboran, se complementan y además las fuerzas o conocimientos contrarios son asumidos como parte de ese todo, complejo vinculante y ruptural. Los cambios sociales y naturales, cada vez más el hombre interpreta que es una necesidad su coalición para la armonía y complementación de los distintos factores que rodean nuestra existencia, que nos conduzcan a la convivencia en el mundo que todo deseamos.

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